La crisis económica asociada a la pandemia ha tenido un efecto devastador entre los jóvenes de España. No se trata solo de una mayor tasa de paro o una mayor afección por el paro, sino que además ha supuesto un incremento de la vivienda, por buscar más un piso en solitario que uno compartido, por las reducciones de sueldos por los ERTE que aumenta el coste de vivir lejos del hogar familiar, cuando directamente no se ha optado por regresar a este. Esta situación se pone de manifiesto en el Observatorio de Emancipación que edita el Consejo de la Juventud de España.
En el último informe, con las cifras al cierre del año 2020 se indica que solo el 13% de los jóvenes entre 16 y 29 años de la provincia de Ciudad Real habían salido del hogar familiar. Un año antes, el porcentaje era del 15 por ciento. Esos dos puntos de diferencia, esa caída, se ha producido en un plano general con las tasas de emancipación más bajas de la década en España, solo el 15,8 por ciento de los jóvenes residen fuera de hogar. En Castilla-La Mancha «la proporción de población de entre 16 y 29 años que residía en un hogar independiente al de origen era de un 12,4 por ciento», tres puntos menos, señala el Consejo de la Juventud en su Observatorio de Emancipación. En el documento se indica además la alta tasa de paro, del 31,9 por ciento, «entre las más altas del país», lo que hace que la región sea uno de los territorios con más jóvenes que se van a otra comunidad.
Los datos muestran la necesidad de intervenir en la vivienda para los jóvenes y de hecho el Consejoven de Ciudad Real, la organización de asociaciones juveniles de la capital, tiene previsto presentar «esta legislatura un plan joven». Se trata de «un proyecto de intervención que contempla acciones en vivienda y empleo, para todos los sectores», indicó el presidente, Jesús del Amo.
En cuanto al incremento de la vivienda se observa un aumento del gasto destinado a la vivienda por los jóvenes. Según el Consejo de la Juventud de España, quienes viven de alquiler destinan un 27,4 por ciento de su sueldo a vivienda, casi cuatro puntos más que hace un año; mientras que el acceso a un piso compartido se sitúa en el 10,6 por ciento, un 0,5 por ciento más. Esta diferencia es una muestra de que hay «más gente que busca un piso joven sin compartir», explicó el presidente del Consejoven, quien apuntó a que el COVID ha propiciado este tipo de vivienda entre los jóvenes para lograr una mayor seguridad. En cuanto a la vivienda en propiedad se dedica un 16,1 por ciento del sueldo, un 0,75 por ciento más que hace un año.
Pese a los incrementos, Ciudad Real es una de las provincias en la que los jóvenes destinan menos recursos a la vivienda, solo Cuenca en la vivienda en alquiler tiene un gasto menor, un 26,4 por ciento del salario. Hay que tener en cuenta que un hogar joven suele destinar un 48,1 por ciento de alquiler de media en España.