La feria de día baja de revoluciones

D. F.
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Tras un intenso fin de semana desciende la afluencia de público a primera hora, pero no así la animación de quienes disfrutan de las bebidas y las diferentes modalidades de tapas de cada local

La feria de día baja de revoluciones - Foto: Pablo Lorente

Los lunes de feria son algo más relajados, sobre todo cuando el comienzo de la semana pilla ya en la segunda mitad de las celebraciones en honor de la Virgen del Prado. Los primeros lugares para tomarle el pulso a esa menor intensidad festiva están en la denominada feria de día, donde ayer la fiesta comenzó con una menor afluencia de gente lo que permitía conversar de una forma más tranquila que durante el fin de semana.

En la plaza Mayor unos cuantos corrillos y grupos de bailarines pugnaban por dar vidilla a la fiesta, pero realmente hasta y cerca de las 14.00 horas no empezó a caldearse el ambiente bajo la lona de la carpa.

En la esquina de la calle Hernán Pérez del Pulgar y el pasaje Dulcinea del Toboso, donde ayer la animación musical corrió a cargo del DJ Lalo, el ambiente era también más relajado que en los días anteriores; mientas que en la avenida del Rey Santo, el primer espacio de los Mahouñaneos, la densidad de los grupos era algo mayor, pero tampoco alcanzaba la intensidad que se vio el sábado y domingo pasados. En este lugar, la animación sonora era cosa de DJ Pam.

La feria de día baja de revolucionesLa feria de día baja de revoluciones - Foto: Pablo Lorente

Por cierto, que los dos DJ que ayer protagonizaban la parte musical de los espacios promovidos por la empresa cervecera intercambiarán hoy sus escenarios, DJ Pam volverá a la calle Hernán Pérez del Pulgar, donde estuvo el primer día; y DJ Lalo estará activo en la avenida del Rey Santo.

En estas circunstancias se aprecia mejor que los camareros y cocineros siguen trabajando con bastante intensidad, tanto si están en las barras del baile del vermú como si se encuentra atendiendo las terrazas de sus establecimientos o en sus propios locales.

Trabajar desde las 9. Así, Francisco Martín, que está al frente de la barra que representa a los bares El Salaito y La Casa de los Molletes, interrumpe brevemente el proceso de elaboración de una fideuá para precisar que en un día normal de feria «venimos a servir unas mil tapas», lo que requiere situarse delante de los fogones ya desde horas muy tempranas, «a las nueve de la mañana ya estamos elaborando», sostiene.

La feria de día baja de revolucionesLa feria de día baja de revoluciones - Foto: Pablo Lorente

En cualquier caso, se muestra satisfecho de su oferta de preparaciones para esta feria, «todas gustan», y ella, además de la fideuá que tiene entre manos, están las inevitables migas y paella, pero también, el magro o las albóndigas, entre otras especialidades, que son los platos que se cocinan más temprano.

En distintas zonas de la barra hay varios fogones sobre los que se asientan grandes paelleras, sartenes y alguna olla de la que ya se están sacando tapas según llegas los clientes.

Pero cada barra del vermú tiene sus propias especialidades, así en el Ventero sorprenden a los llegados de fuera con una tapa de pisto manchego sobre una pequeña tostada, claro que desde siempre su especialidad han sido los platos de la cocina tradicional manchega. En el otro extremo de la carpa, los camareros de El Portalón se ganan al público con pequeños montaditos.

En los Mahouñaneos, las recetas son las habituales de cada establecimiento, aunque para estos días también se han introducido algunas novedades.

Los visitantes celebran esta competencia de sabores, como el barcelonés José Murcia, quien asegura sentirse sorprendido por el tamaño de las tapas y el buen ambiente reinante. En cualquier caso, se muestra dispuesto a recorrer los distintos escenarios de la fiesta para sacar partido a los distintos sabores.

En cambio, Pilar Díaz y Leticia Vílchez, dos amigas ciudadrealeñas que disfrutan de la feria en la plaza Mayor, declaran que tienen una ‘barra favorita’, la del Portalón. En este sentido Díaz confiesa que durante la fiera «vengo varias veces, a lo mejor no todos los días, pero sí bastante». Por su parte, Vílchez apunta a los montaditos de lomo como una de sus tapas favoritas.