Los hospitales de la provincia trabajarán este verano a pleno rendimiento y no se prevén grandes cierres ni bloqueos de camas. Así lo han señalado fuentes sindicales, después de las reuniones que ha habido con las distintas gerencias y con los responsables sindicales de los centros. De hecho, las previsiones con las que cuenta el sindicato Satse tras estos encuentros es que haya una treintena de camas que no se utilicen, pero en lo que se denomina una situación de bloqueo, con el objetivo de que en 24 horas puedan reabrirse de ser necesario, y que se efectúa bien por obras o por necesidades de planificación de las plantillas.
El dato está lejos del centenar de camas que se cerraban en los veranos previos a la pandemia. De hecho, la situación actual es la primera vez que se da en los hospitales de la provincia: el año pasado se habló al inicio del verano del cierre de 92 camas en los hospitales de La Mancha Centro, Puertollano y Tomelloso, una treintena en cada uno. Este año son esos tres centros sanitarios donde está previsto ese bloqueo de camas. La previsión son 20 en Puertollano, con el cierre alterno por áreas para efectuar trabajos de mejora, y entre 10 y 15 camas se bloquearán en La Mancha Centro, en función de las necesidades. En Tomelloso, según la información aportada a los sindicatos, habría cierre de camas en caso de no encontrar especialistas de medicina interna, pero todavía no se han producido. Ni en Valdepeñas, ni en Manzanares hay previsto ni el cierre ni el bloqueo de camas, y en la capital, aunque se ha argumentado que podría darse si baja la actividad, de momento no hay visos de que esto vaya a ocurrir, informaron las mismas fuentes.
«Son camas que se dejan en el aire en función de las necesidades», explicó la secretaria provincial de Satse, Sara Oropesa, quien apuntó que la situación a primeros de julio es que «la actividad asistencial sigue como la de un mes normal, sin que haya habido cambios por el verano». Para Oropesa, esta situación en la que apenas hay cierres o bloqueos de camas es «una buena medida porque las camas son necesarias y tienen que estar abiertas al 100%».
Personal. Esta planificación de un verano sin cierre de camas conlleva que haya un aumento de plantillas que cubra las vacaciones de los profesionales sanitarios. El planteamiento de las gerencias es que se queden «todos los refuerzos del COVID» pese a la reducción de la carga asistencial por la pandemia, explicó Oropesa. La previsión es que los contratos se mantengan hasta el mes de septiembre. Lo que falta es algún contrato de Primaria, que es necesario para mantener también la asistencia en los centros de salud, explicaron. «Se está llamando a las personas de la bolsa», dijo la secretaria provincial de Satse. «Se está contratando lo que hace falta para cubrir vacaciones, bajas y excedencias».