¿Qué puede hacer el ciudadano a nivel individual?
Hace falta una revolución cultural, una nueva forma de relacionarnos con los demás y con el medio ambiente. Es una oportunidad de ser más profundos. Gandhi decía sé tú mismo el cambio. Como consumidores, en la ruta por la descarbonización de la economía, todo pasa por cambiar el modelo de producción, y para ello tenemos que fijarnos en los productos que consumimos y también pedir responsabilidad a nuestros políticos.
¿La declaración de emergencia climática del Gobierno español es el camino?
Es un gran paso. España, como Europa, está empezando a liderar el proceso. Lamentablemente hemos perdido mucho tiempo, pero afortunadamente hay un nuevo brío. Es clave que los políticos escuchen a la ciencia.
¿Cómo se encuentra Castilla-La Mancha dentro del cambio climático?
En 2009 escaneé todas las comunidades autónomas para un informe sobre las evidencias del cambio climático en España. Aquí el tema de desertización es grave, en las últimas cinco décadas el verano se ha extendido cinco semanas. Ya no hay cuatro estaciones sino dos. En una comunidad autónoma agrícola es muy importante, y además subrayo el tema de las plagas porque antes las heladas actuaban como escudo protector y ahora tenemos muchos tipos de especies invasoras que se asientan. Se sufre mucho de estrés hídrico y hace diez años ya dije que éramos el país más afectado por el cambio climático, el más vulnerable porque tenemos un clima muy frágil, de transición, pero también más beneficiado por la solución basada en las energías renovables, tenemos sol y viento. Seríamos los primeros candidatos para ser protagonistas proactivos.
¿Cómo se encuentra Castilla-La Mancha dentro del cambio climático?
Frente al cambio climático tenemos dos grandes líneas: la mitigación y la adaptación. Es hora de hacer un plan de adaptación que aborde de forma realista los datos científicos. Ya no estamos en una época de advertencia, estamos en un época de consecuencia. Hay que tomar medidas por parte de las administraciones.