La pandemia acelera un proceso de digitalización imparable

A. Criado
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La crisis sanitaria ha acelerado un proceso que ya estaba en marcha y que ahora, lejos de mirar por el retrovisor, explora nuevos caminos para mejorar la atención de los pacientes

La pandemia acelera un proceso de digitalización imparable - Foto: Fotos Rueda Villaverde

La pandemia de la COVID-19 ha supuesto el salto definitivo de la digitalización al ámbito de la sanidad. La crisis sanitaria ha acelerado un proceso que ya estaba en marcha y que ahora, lejos de mirar por el retrovisor, explora nuevos caminos para mejorar la atención de los pacientes. Un hito que pasa, según el sector, por contar con herramientas para facilitar el registro de la información y que los sistemas puedan compartir los datos a todos los niveles asistenciales.

Durante estos meses de pandemia, la asistencia sanitaria ha incorporado herramientas de la telemedicina como las videoconsultas, la monitorización y la citación online, y ha impulsado el desarrollo de otras como la inteligencia artificial o los chatbots. Los expertos destacan las importantes características que aporta: es certera en el diagnóstico, fortalece la prevención y coloca a la persona favoreciendo la relación médico-paciente.

La sanidad pública no es ajena a esta transformación. Alfonso Ambrós, jefe de servicio de Medicina Intensiva del Hospital de Ciudad Real, explica que la digitalización tiene mucho recorrido por delante, aunque advierte de que hay ámbitos de la asistencia sanitaria en los que «la presencialidad es esencial», como en las UCI.

La pandemia acelera un proceso de digitalización imparableLa pandemia acelera un proceso de digitalización imparable - Foto: Alberto RodrigoAdemás de reducir mucho los costes, augura importantes avances en materia de pruebas diagnósticas y destaca también la trascendencia del Big Data en el entorno de la salud aplicado a la investigación. Considera de «gran utilidad» disponer de muchos datos de pacientes anónimos y cruzarlos para ir descartando tratamientos en la cura de enfermedades, dejando un poco al margen el ensayo clínico. Algo similar a lo que se ha ido haciendo con la pandemia de coronavirus.

No obstante, Alfonso Ambrós muestra recelo sobre la privacidad de los datos y se pregunta quién ejercerá el control de calidad de los procesos. Una regulación que en la Unión Europea, actualmente, la garantizan los estados.

En el ámbito privado, Luis Carlos Mata, responsable de la oficina de Sanitas en Ciudad Real, afirma que la digitalización «ha venido para quedarse, para mejorar y facilitar el cuidado de la salud de los clientes». Apunta, en este sentido, que son «pioneros» en este campo, con el lanzamiento de BLUA en 2016: «Nosotros ya estábamos preparados y nuestros clientes lo han agradecido en estas circunstancias que hemos vivido».

Mata está convencido de que el desarrollo de las nuevas tecnologías facilitará aún más la implantación de un modelo que tiene como reto el público menos familiarizado con estas herramientas. «Nos consta que cuando se prueba por primera vez, uno se engancha al ver lo fácil que al final resulta», apostilla.

Asegura que Sanitas ha dado «un paso de gigante» con BluaU: «Ya tenemos en nuestro móvil la posibilidad de la medición de las constantes vitales a través de inteligencia artificial». Explica que cuentan, además, con un servicio propio de videoconsultas 24 horas, incluso pediátricas, y un equipo de profesionales para atender los programas de salud demandados por los clientes. «Estamos muy concienciados con la nueva era que viene en este sentido, pero sin dejar de lado, por supuesto, lo que siempre nos ha hecho grandes», sentencia.

En ASISA coinciden en que la inversión en tecnología era previa al estallido de la pandemia, pero los recursos y las partidas presupuestarias se han duplicado para este fin a raíz de esta crisis sanitarias. El gerente de la compañía en la provincia de Ciudad Real, Carlos Ruiz, asegura que la digitalización «ha llegado para quedarse», pero insiste en que ya existía un plan estratégico a varios años que ahora se ha tenido que acelerar por las circunstancias que estamos viviendo.

Ruiz explica que a través de una aplicación móvil, los profesionales sanitarios y los clientes tienen acceso directo a citas, historiales médicos y pruebas, y que toda la red hospitalaria de la compañía está interconectada, lo que favorece un acceso rápido y eficiente a la información del usuario si se produce, por ejemplo, un cambio de hospital o residencia. También destaca la aportación que la digitalización hace al cuidado del planeta desde un punto de vista medioambiental.

En la actualidad, según datos de Unespa, en España hay casi 13 millones de personas aseguradas, un millón más que en 2019, alrededor de un 23% de la población. La incidencia de la COVID-19 ha influido decisivamente en estos datos, pero también la amplia cartera de servicios que ofrecen las distintas compañías. Es el caso de Hospital Quirónsalud, que se ha visto obligado a acelerar «a marchas forzadas» un proceso de transformación digital que inició en el verano de 2019 y que conforma uno de los tres ejes estratégicos del grupo.

Alfonso Espinosa, director médico del Hospital Quirónsalud Ciudad Real, avanza la implantación por parte del grupo de un hospital cien por cien digital, «con todas las prestaciones de un hospital físico, pero todo por vía telemática». En una primera etapa se centrarán en las urgencias (general, pediátrica y traumatológica), evitando la saturación de este servicio con desplazamientos innecesarios y reduciendo el tiempo de espera del paciente, «que recibirá una valoración médica en menos de 15 minutos». A partir de ese momento, en función de la gravedad de la dolencia, se le derivará a un centro físico con el envío de una ambulancia, se le citará para la realización de alguna prueba o se le prescribirá algún medicamento vía receta electrónica.