La lucha libre mexicana se adueñó el lunes por la noche de la plaza Mayor de Ciudad Real para hacer una fusión entre la puesta en escena de estos peculiares combates y las reflexiones religiosas y filosóficas que preocupaban a un autor  como Pedro Calderón de la Barca.

El resultado es La gran lucha del mundo, un montaje realizado por la compañía La Quinta Teatro y la empresa organizadora de combates Al Rescate, ambas mexicanas que versionan así uno de los grandes autos sacramentales calderonianos, El gran teatro del mundo.

La pieza sirvió además para dar el cierre al Festival de Teatro en la Plaza, organizado por el Ayuntamiento de la capital en colaboración con el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y que nace con intención de seguir creciendo en el futuro. De esta forma, el céntrico recinto urbano ciudadrealeño se convirtió en un inusual espacio deportivo, con un ring en su centro, alrededor del cual se dispusieron las sillas para los espectadores, que no tardaron en llenarse.

El texto dramático, escrito por Berta Solí, aprovecha el carácter simbólico de los personajes de los dramas religiosos para transmutarlos en la lucha entre el orden y el caos que inspira la caracterización mediante las máscaras habituales de estos luchadores.

Así, unos personajes y otros acaban luchando por hacerse con esa máscara que les permita mostrarse cómo son y no cómo les piden que sean.