El Quijano, a corazón abierto

Manuela Lillo
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El teatro municipal acoge las obras que servirán para mejorar la accesibilidad y renovar la caja escénica, ganando en seguridad y facilidad para el trabajo técnico. En 2022 se confía en que vuelva a latir con su nueva estructura

El Quijano, a corazón abierto - Foto: Tomás Fernández de Moya

El escenario en el que todo es posible, desde el que se hace disfrutar al público, estremecerlo, invadirlo de ternura o hacerle vivir el amplio abanico de sensaciones que transmite el teatro está en hoy ‘a corazón abierto’, en pleno proceso de transformación, una operación que le hará situarse en la modernidad, dejando atrás las estructuras arcaicas, de hace más de 30 años, que daban vida aún a sus montajes. El Teatro Municipal Quijano se está sometiendo a un proyecto del que destaca la renovación de su caja escénica, desde la que se ‘bombean’ los espectáculos que llegan al público, pero con el que también se procederá a la sustitución del telón cortafuegos para la instalación de uno nuevo y se abordarán mejoras de accesibilidad. Se trata, pues, de la obra de mayor envergadura desde la construcción de este edificio que nació como cine en 1974 y que se convirtió después en el templo de la cultura de la capital.

Los concejales de Cultura y de Urbanismo, Nacho Sánchez y Raquel Torralbo, acompañaron a La Tribuna en una visita a este espacio que ahora está lleno de operarios y de materiales de construcción. La primera actuación -detalló Torralbo- se hará en los elevadores que hay situados justo a la entrada. Actualmente no permiten que una persona con movilidad reducida los utilice con autonomía y por ello se implantará un sistema para que esto sea posible. Del mismo, en la planta principal se están construyendo unos aseos adaptados. Ya en el patio de butacas se trabaja actualmente en la creación de una rampa que permita a las personas con movilidad reducida acceder hasta el escenario, del mismo modo que se creará una nueva plataforma destinada a este público. «Había ocho plazas para personas con movilidad reducida y como mínimo se van a duplicar», subrayó Sánchez. 

A los pies del escenario pueden verse las ‘arterías’ de toda la estructura que conforma la caja escénica, la que no ve el público pero que es fundamental para los montajes. En ella se renovará todo el equipamiento: se pasará de tres barras electrificadas a 7 y se cambiará el sistema de contrapesos. «Pasamos de un directo, que tenemos que tener maquinaria en el suelo del escenario, a uno de doble tiro que lo podemos adosar a la pared y dejar toda esa parte diáfana», detalló Torralbo. «En todos los teatros se va viendo la tendencia a que se liberen los hombros (la estructura lateral) de todo tipo de maquinaria porque es una parte que el público no ve, pero es una zona de trabajo», agregó Sánchez, enumerando entre las ventajas de esta actuación la mayor seguridad, la mayor amplitud, facilitad de trabajo para los técnicos y para el desarrollo de las propias obras. Asimismo, se contará con nuevas escaleras de acceso al peine y galerías del escenario, con barandillas de protección o sistemas motorizados en el escenario para la elevación de equipos de sonido. «Es algo que el espectador no va a ver directamente, pero lo va a notar porque el trabajo va a ser mucho más rápido, más limpio y se van a poder hacer cosas que antes no se hacían, se gana altura, ya que se hace un peine superior al que hay», subrayó Sánchez.

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El Quijano, a corazón abierto - Foto: Tomás Fernández de Moya
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El Quijano, a corazón abierto - Foto: Tomás Fernández de Moya
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El Quijano, a corazón abierto - Foto: Tomás Fernández de Moya

Las obras comenzaron a finales del pasado mes de mayo y de su ejecución se encarga la empresa Proimancha Ingeniería y Construcción S. L. por un montante de 244.322 más IVA y para la que tiene un plazo de ejecución de seis meses. «Una obra semi-integral de esta envergadura no se ha hecho nunca», destacó el edil de Cultura, que confía en que en 2022 el Quijano vuelva a latir con una estructura renovada.