Un edificio municipal, cedido por sus propietarios al Ayuntamiento de Tobarra entre 1988 y 1989, siendo alcalde Francisco Peña Gómez, y que pudo ser el Museo Etnográfico de la localidad, se encuentra en estado ruinoso y amenaza con caerse. Se trata de la vivienda conocida como la Almazara de Pedrete, ubicada en pleno barrio de San Antón, que en su día desarrolló una intensa labor molturando las aceitunas para convertirlas en aceite hasta que, con la llegada de la modernidad y las maquinaria más moderna, dejó de funcionar. Sus propietarios decidieron donar el edificio al Ayuntamiento. Cuenta Francisco Peña que «la primera intención fue la de intentar convertir la estancia en un museo etnográfico, pero no fue posible porque no teníamos medios para hacerlo por nuestra cuenta y tampoco pudimos conseguir recursos de otras instituciones para llevar a cabo la idea». Y tampoco ha sido posible encontrar una solución en los más de 30 años que han pasado desde entonces, con varios alcaldes y equipos de gobierno, ya que ninguno ha sido capaz de frenar el deterioro al que se ha visto abocado el edificio, que en la actualidad amenaza con caerse definitivamente. Pero si Francisco Peña y otros alcaldes no consiguieron levantar un Museo Etnográfico, al menos sobre el papel si que lo hizo, sin contar con edificio alguno, la corporación presidida por Miguel Guerrero, que el 25 de abril de 1985, acordó en una sesión plenaria, crear el Museo Etnográfico Municipal de Tobarra. En el boletín informativo del municipio se contaba en 1986 que «a la creación en el pasado año del citado museo, se une en los últimos meses una importante actividad de localización, recogida de donaciones y aportaciones diversas de ciudadanos interesados en esta manifestación cultural que está recibiendo un importante impulso de acción, fruto del cuál ha sido la incorporación de numerosas e importantes piezas que vienen a engrosar el naciente y prometedor museo».