En los niños no cabe la maldad», espetó Su Majestad Melchor al comenzar su intervención ante las cientos de personas congregadas en la plaza Mayor para recibir a los Reyes Magos. El monarca destacó la ilusión con la que los pequeños viven este día y que se desplegó a lo largo de todo el recorrido de la cabalgata, que partió del parque de Gasset a las 18.30 horas.

La encargada de recibir a los soberanos de la alegría infantil fue la alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, a quien acompañaban la mayor parte de los integrantes de la Corporación municipal.

Desde mucho antes del acto de recepción, quienes prefirieron coger buen sitio en la plaza antes que seguir de las carrozas y los distintos grupos organizados por la Federación de Peñas, siguieron el espectáculo de animación realizado por la compañía Los Bichos de Luz.

Los Reyes Magos proclaman su ilusión ante los niños - Foto: Tomás Fernández de Moya

Luego a medida que los integrantes de la comitiva real fueron desfilando por delante del público congregado en el céntrico recinto, la ilusión, los gritos y saludos se repitieron con la misma intensidad y emoción que se habían dado a lo largo de todo el recorrido.

La cabalgata. Uno de los motivos para seguir la cabalgata a su paso por las calles de Ciudad Real era apreciar la hechura de las nuevas carrozas, que venían a remplazar las que han estado en funcionamiento durante los últimos años.

El truco de las nuevas plataformas de los Reyes Magos fue llenarlas de niños y pajes. Cada plataforma era una grada escalonada con decoración ‘minimalista’ y la luz como elemento fundamental para diferenciar una y otra. A Melchor le distinguía el azul, a Gaspar el verde y a Baltasar el rojo.

Los Reyes Magos proclaman su ilusión ante los niños - Foto: Tomás Fernández de Moya

Cada monarca avanzaba rodeado de la ilusión de los más pequeños y sobre una lluvia de caramelos (8.000 kilos) que lanzaba los integrantes de la comitiva real, mientras los voluntarios de Protección Civil y algunos de los pajes ponían todo su empeño en que los pequeños no se interpusieran en la trayectoria de las diferentes plataformas en busca de chuches.

La comitiva se abrió con una estrella de Navidad, trasladada ‘a mano’ mediante pértigas a la que daban escolta una miriada de luminosos astros más pequeños fijados a la indumentaria negra que vestían los integrantes del club Sportia. Tras ello llegó una segunda estrella, mucho más grande, de modo que se trasladaba en una carroza.

Una de las novedades de esta edición de la cabalgata es la presencia de un grupo de carboneros, con una terrible máquina que proyectaba humo y fuego, aunque en este caso, la mayoría de los niños que contemplaba su paso evitaba acercarse a ellos.

Los Reyes Magos proclaman su ilusión ante los niños - Foto: Tomás Fernández de Moya

La comitiva de Melchor se abrió con un grupo de bailarines formado por familias del Colegio Carlos Vázquez, que dio pasó a los carteros de Ciudad Real. Tras ellos, una carroza de niños con especial interés en lanzar cuanto más lejos mejor sus consabidas salvas de caramelos.

Una formación de lanceros, formada a partir de los grupos que forman la Federación de Peñas precedía a la Agrupación Musical Santo Tomás de Villanueva, cuyos toques acompañaba la carroza de Melchor.

A partir de ahí los siguientes tramos tenían una estructura similar, sólo que la música para Gaspar era de la comparsa Los que nunca fallan y la de Baltasar, la de la Agrupación Musical de Ciudad Real.

Los Reyes Magos proclaman su ilusión ante los niños - Foto: Tomás Fernández de Moya

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