El relevo que fraguó el pacto

M.Lillo
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Eva Masías fue proclamada alcaldesa el pasado viernes gracias a los votos obtenidos por el pacto de Cs y el PSOE para la alternancia por dos años en la Alcaldía de la capital

La ambición de un sueño que necesita consenso

Era el momento soñado, el que ha estado esperando durante dos años, por el que se ha contenido ante las discrepancias, por el que ha pasado por alto las críticas, por el que ha guardado silencio en tantas y tantas sesiones plenarias, en casi todas. Era el momento por el que todo el camino recorrido ha valido la pena, era su turno, para ella, tras dos años de ceder el protagonismo, de dejar hacer. Para Eva María Masías el Pleno de investidura era un sueño, su sueño, ya convertido en realidad.

Así lo entendió la alcaldesa saliente, Pilar Zamora, y el PSOE, que querían pasar de puntillas por un momento áspero pero que consideran necesario. La gobernabilidad del Ayuntamiento está en juego y mantener la gestión de la ciudad es la prioridad ya que el PSOE estuvo demasiados años en la sombra de la oposición.

Pero no lo vieron así los grupos de la otra bancada y Unidas Podemos y el PP le recordaron la debilidad de su pacto, la escasa representatividad de su grupo y hasta la osadía de querer gobernar. Le dieron donde más le dolía: la ciudad, la que tanto dice amar, lo sufrirá.

Por eso cuando subió hasta el atril para pronunciar su discurso, meticulosamente preparado, afloraron los nervios. Se perdió entre la numeración y se hicieron dos silencios eternos entre las miradas de incredulidad y expectación del limitado público que pudo asistir.

Pero salió adelante, siempre lo hace. Con un espíritu de sacrificio, esfuerzo y determinación. Se ha acostumbrado a encajar los golpes, ella misma lo dijo, y ya huye "del insulto fácil y de la crítica vacía".

Recorrió con sus palabras las frases de un discurso en el primaba la llamada al consenso y lo hizo de acuerdo al guión, ajena a esa lluvia de críticas que le había caído justo antes de la oposición. Para ella, no era el día para eso. "No era un Pleno para reproches", dijo después.

Para ella era el momento de recoger los frutos del trabajo realizado, de recibir la lealtad que había dado.

Acuerdo, colaboración o consenso forman la base de la acción política que debe guiar sus pasos los próximos dos años, dos años en los que los tres concejales de su grupo (Cs), necesitan irremediablemente del apoyo del resto de grupos de la Corporación, o al menos del PSOE, al que Cs ha avalado en estos dos primeros años. "10+3 o 3+10, de lo contrario, nada sería posible".

Pero no necesita solo del apoyo del resto de grupos políticos, también lo necesita del conjunto de la sociedad y por ello apeló también al acuerdo con empresarios, sindicatos u otros de agentes sociales. Necesita la legitimidad de la aceptación de la sociedad civil.

Pero Masías no es de achicarse ante la adversidad y solo así se entienden referencias magnánimas como las que incorporó en su discurso. En ellas se vislumbra la firme voluntad de ser una alcaldesa a la que nadie le haga sombra. Así se explica la cita acerca de que los 601 años de historia de la ciudad no han sido "para los pusilánimes", sino para "los valientes y audaces". También ahí se encuadran las referencias a políticos al más alto nivel internacional, como John F. Kennedy o Margaret Thatcher, quizás pretenciosas para una capital de provincia, comprensibles desde el punto de vista de una ambición que ella sabe que ya muchos cuestionan.

El barco del que Masías quiere llevar el timón  requerirá de mucho esfuerzo y de tender unos puentes que, si bien no han saltado por los aires con el PSOE, presentan unas grietas importantes que pueden dificultar su acción de gobierno. Aunque desde ambas formaciones se empeñan en dar una imagen de unidad y normalidad, bajo la fachada de una sintonía impoluta se vislumbran disputas internas, cada vez con mayor  transcendencia social. El pacto funcionará, ambos se han comprometido a ello, pero habrá que ver qué papel juega cada grupo y si son capaces de promover proyectos que supongan un verdadero impulso para la ciudad en una época en la que son especialmente necesarios.