Compras de última hora para una cena con incertidumbre

A. Criado
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El mercado de abastos de Ciudad Real registra largas colas para entrar y comprar los ingredientes necesarios para la elaboración de los menús de una atípica Nochebuena marcada por las restricciones

Compras de última hora para una cena con incertidumbre - Foto: Tomás Fernández de Moya

El mercado de abastos presentaba este miércoles largas colas en las dos puertas de acceso para realizar las compras de última hora para las cenas y comidas navideñas. Reuniones familiares con un número máximo de comensales que ayer no todo el mundo tenía claro, después de que Sanidad decretara el martes medidas especiales de nivel 3 para la capital. Una incertidumbre que ha retrasado la elección de los menús y, por consiguiente, la compra de los ingredientes necesarios para la elaboración de los platos.

En la casa de Paqui Martos serán cinco adultos y dos niños en Nochebuena, cuando habitualmente se solían reunir «entre 15 o 20 personas». Las ausencias, comprensibles por el escenario de pandemia, se compensarán con un menor gasto en comida, aunque su menú no faltará el marisco y otros entrantes como salmón, gulas, queso y jamón. Y para los platos principales, antes de los dulces, merluza al horno y redondo de ternera.

Rosa Fuentes y Julián Cano pasarán la Nochebuena con sus hijos. Serán un total de siete comensales y solo faltarán, con respecto a años anteriores y por precaución, un sobrino y un nieto. «Vamos a cenar pierna de cordero al horno, que la hace muy buena mi mujer, una excelente cocinera», afirma con orgullo Julián.

Compras de última hora para una cena con incertidumbreCompras de última hora para una cena con incertidumbre - Foto: Tomás Fernández de MoyaA Pilar Gómez le toca este año, por primera vez, ser anfitriona y afirma que el bolsillo lo nota a la ahora de comprar los ingredientes para el menú. En Nochebuena solo cenarán convivientes. Degustarán unos aperitivos, en los que no faltará el marisco, para después dar paso al plato principal: lomo al horno con salsa. «Y de postre, macedonia de fruta, que les gusta mucho a los niños y es muy saludable», apostilla.

Nieves del Amo y Luisa Martín son cuñadas y en su caso se dividirán para la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, con el deseo, si todo va bien y la normativa sanitaria lo permite, de poder reunirse toda la familia en Nochevieja para tomar las uvas. Para la cena de hoy, como plato fuerte, solomillo al roquefort, y para la comida de Navidad, sopa de picadillo, una tradición familiar.

La incertidumbre provocada por la crisis sanitaria, con distintas normativas según la comunidad autónoma, algunas con cierre perimetral, e incluso para municipios de una misma provincia, ha provocado un descenso en las ventas en relación a navidades anteriores, cuando el número de comensales era mucho mayor en las cenas y comidas navideñas. «Las restricciones y las colas para entrar al mercado no ayudan», explica José Manuel, que regenta un puesto de pan y comestibles. Josefa, mientras atiende a una clienta en la huevería y pollería Blas, asegura que este año «hay menos jaleo que en 2019». Cree que al ser menos comensales por las restricciones, «los menús serán menos elaborados, más de andar por casa».

Wenceslao Aldomar señala que la «falta de previsión» de los clientes se debe a que no sabían cuántos se iban a poder juntar hasta última hora. Los pedidos en su carnicería son similares a los de años anteriores, aunque reconoce que las colas hacen que muchas personas se piensen si entrar o no. Asegura que estas fiestas no faltarán en los hogares ciudadrealeños los clásicos chuletones y paletillas. «Eso no ha cambiado», apostilla. Y en pescado, apunta María Ángeles Cabrera, «la merluza es el producto estrella», además del marisco cocido.