El año 2020, marcado por la pandemia y el confinamiento, ha dejado la mayor cifra de reciclaje de envases, una cifra récord que evidencia la apuesta de los ciudadanos por este tipo de gestión de los residuos y, a su vez, la mayor utilización de los plásticos en muchos de los productos que se adquieren en el día a día.

En concreto, hasta el mes de noviembre, en la capital se habían reciclado 1.278.005 kilos de envases, lo que supone una media de 17,10 kilos por habitante, una cifra que se cerrará aún más alta (falta por contabilizar el mes de diciembre) y que está por encima de las contabilizadas en años atrás, seguida de los 15,89 kilos por vecino de 2019 o de los 14,09 de 2018, según los datos facilitados a este diario por la edil de Medio Ambiente, Mariana Boadella, quien afirmó que va aumentando cada año. 

De este modo, destacó que el reciclaje de este tipo de residuos va al alza aunque apuntó que lo ideal sería la reducción del volumen del uso de los envases, aminorando a su vez todo el proceso y el coste que supone el reciclaje, así como disminuir el impacto que tiene para el medio ambiente.

«la estrella del reciclaje».  En el caso del vidrio también vaticinó un incremento, pues indicó que a falta del mes de diciembre, el reciclaje de estos residuos se sitúa hasta noviembre en 744.445 kilos, lo que supone 9,96 kilos por habitante, muy cerca de los 11,16 kilos por vecino reciclado en 2019. En este sentido, Boadella subrayó que el vidrio es «la estrella del reciclaje», ya que si no tiene impurezas se puede reciclar al 100% y si es transparente, incoloro, tiene «vidas infinitas», por lo que abogó por su uso frente a otro tipo de materiales. 

En el caso del papel, sin embargo, la tendencia registrada refleja un descenso. Hasta noviembre se habían reciclado 1,9 millones de kilos de papel y cartón, lo que supone 26,04 kilos por habitante, y que, a falta aún de diciembre, implica una cifra menor de los 34,03 kilos por habitante de 2019. En este caso puede tener incidencia la reducción de la actividad de los comercios debido al confinamiento y a las restricciones de aforo debido a la pandemia de coronavirus.

Boadella también indicó que, no obstante, «la mayor parte de los residuos que se generan se van al vertedero». De este modo, indicó, el año pasado en la provincia se generaron 382 kilos de basura por ciudadano, lo que implica más de un kilo por habitante y día, un volumen que confía en que se reduzca una vez que se habiliten en la ciudad por parte de RSU los contenedores marrones, que podrían llegar en primavera.