El objetivo es disminuir los tiempos de espera para ser atendido, y una vez atendido, si el paciente precisa ingreso hospitalario, que este tiempo de espera sea el menor posible. Y el hospital alcazareño La Mancha Centro lo ha conseguido, de tal forma que ha logrado reducir un 51% el tiempo medio de espera en Urgencias para ser hospitalizado. Todo, gracias a la implantación en 2016 de un programa pionero en la provincia y en la región que permite predecir con exactitud, mediante herramientas estadísticas, el número de camas necesarias para evitar que las Urgencias lleguen a saturarse. Desde entonces, «en todo este tiempo no se ha presentado ningún día de colapso en Urgencias», como así lo asegura el doctor Jesús Javier Castellanos, quien ha diseñado el programa junto a sus compañeros José Antonio Carrasco y Lucas Salcedo. 

Los datos hablan por sí solos. Desde la implantación del sistema, el tiempo medio de espera para ser ingresado ha pasado de los 1.140 minutos (19 horas) en 2015 a los 550 (9 horas) de 2020, lo que significa que el tiempo medio de espera se ha reducido un 51%.  Asimismo, el número de pacientes que esperan más de doce horas para ser ingresados se ha reducido en 2.200 pacientes (4.800 pacientes en 2015 a 2.400 en 2020).  

Cualquier dirección de un hospital, comenta Castellanos, busca no tener una urgencia colapsada, especialmente en épocas invernales o de sobrecarga. Una vez que el paciente es atendido en la urgencia el proceso puede ser leve (no precisa seguimiento exhaustivo); moderado (que tras su estancia en urgencias se va a resolver); o, en último caso, un proceso más grave (que el tiempo que lleva para ser resuelto precisa de hospitalización). Es en este último supuesto «donde la urgencia puede verse bloqueada si no se dispone del suficiente número de camas libres en el hospital y no se liberan los espacios necesarios en la urgencia, y esto conllevaría las demoras en atención y en ingreso hospitalario», argumenta. Por ello, continúa diciendo, «nuestro trabajo lo que pretende es evitar estos colapsos adelantándonos a las necesidades de camas 24 horas antes. De esta manera se pueden liberar las camas hospitalarias precisas y evitar demoras en los ingresos». 

Mancha Centro reduce el tiempo medio de espera en urgenciasLos «excelentes resultados» que ha cosechado el programa han motivado al centro hospitalario alcazareño ha trabajar para implementar esta herramienta para «adecuarnos a las situaciones de epidemia como la vivida con el COVID-19». Un sistema, recuerda Castellanos, que ha logrado también importantes galardones, como el primer premio en  los galardones IESE Novartis a la Excelencia Operativa en Gestión Sanitaria en la convocatoria de 2020. 

¿Cómo funciona? Se establece un protocolo de manejo de camas hospitalarias. Todas las camas tienen asignación preferente a un servicio hospitalario y desde los servicios de admisión se da asignación a esas camas. Para mantener esta gestión se realizan dos reuniones al día, a las 8.00 y a las 12.00 horas (dirección médica, admisión, urgencias y el servicio responsable de la mayor parte de la hospitalización (medicina interna). Con estas reuniones se conoce la situación en el día de las camas disponibles y la situación de urgencias. Pero no el total de altas que se tendrán en el día ni los pacientes que ingresarán desde urgencias. 

Por eso, «creamos nuestra calculadora de camas, que nos predice con 24 horas de antelación las camas necesarias en el hospital, esa predicción se hace basándonos en métodos estadísticos. Así, una vez que tenemos los resultados a futuro de las necesidades de camas, desde la dirección médica tomamos las decisiones oportunas para anticiparnos y tener esas camas disponibles», explica, en declaraciones a La Tribuna, el doctor Jesús Javier Castellanos.