«Hacemos algo que nos emocione»

Diego Farto
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Entrevista con los violinistas Alicia Alonso y Guillermo Copello.

Guillermo Copello y Alicia Alonso, violinistas. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Alicia Alonso es de Daimiel, Guillermo Copello de Rosario (Argentina). Los dos forman un dúo artístico que el próximo sábado actúa en el Teatro Ayala de Daimiel, con su música popular latinoamericana.

¿Cuántas veces han cruzado el Atlántico desde que formaron el dúo?

Guillermo Copello.- Unas cinco veces los dos, luego cada uno ha tenido más veces solos.

Alicia Alonso- Yo sola habré venido como diez veces, o así.

Ese ir y venir entre dos continentes, ¿qué aporta a su labor artística?

A. A.-  Para mí es importante, traemos cosas de cada sitio y tocarlas. Es una motivación hacerlo así.

G. C.- Para mí es la ocasión de venir a visitar a la familia de Europa y lanzar el grupo: lo que intentas mostrar, lo que sabes hacer... Así nació el dúo. Después surgió lo de viajar, conocer Brasil, su música, recorrer Argentina... de cada sitio nos traemos algo.

¿Qué es lo que traen musicalmente en la maleta?

A.A.- Varias cosas, traemos un concierto que hacemos con una orquesta de cuerda, que los estrenamos el año pasado en Rosario, ahora trabajamos para poder tocarlo acá.

G.C.- También traemos varios trabajos a dúo para los que estamos buscando un lugar de prueba, de experimentación. Somos un grupo de dos con en un repertorio muy amplio.

Alicia, usted llegó a Argentina como violinista de tango, pero luego ha ido adquiriendo una mayor complejidad en sus fuentes musicales, ¿cómo fue ese proceso?

A.A.- Yo estudié clásica y me gustaba, me parece algo maravilloso y lo seguiré haciendo, pero la música popular me dio algo nuevo a la hora de cómo vivir la música, de cómo sentirla, de cómo interpretarla. Me formé como artista a raíz de conocer otras músicas diferentes del mundo clásico. Eso empezó con el tango, pero ha ido creciendo y me apetece mucho.

¿Qué es el violín para ustedes?

G.C.- Yo vengo de una familia de violinistas. Para mí es un medio para expresarme. Empecé tocando la guitarra, después pasé al violín, y ahora, además, me dedico a arreglar música y a componer. Pero es un instrumento muy trabajoso: dejas de entrenar una semana y cuando vuelves, te cuesta. En ese sentido, admiro la naturalidad de Alicia, coge el violín después de un viaje de unos días y lo hace igual de bien, sin ningún problema.

A.A.- Lo mío es como una relación de amor y odio, hay veces que lo quieres mucho y otras lo quieres matar, pero al final es una amistad que lo aguanta todo. Claro que tienes que estar ahí, ensayando todo el rato, porque si no, no sacas todo lo que puedes.

¿Qué tiene que tener una canción para que la adopten como propia?

G.C.- Lo primero, nos tiene que gustar. Luego intentamos sacarlo solo con violín, lo que con nuestra experiencia, lo solemos conseguir para transformarlo a la visión del dúo. No está en nuestra expectativa hacer una chacarera o un tango que cumpla las normas, queremos hacer algo que nos emocione.