Su clara vocación por ser profesor de dibujo le llevó a estudiar Bellas Artes. Un sueño que tenía desde niño y que convirtió en realidad en 2004. Natural de Valdepeñas, desde hace seis años Javier González imparte dibujo en el Instituto Juanelo Turriano, de Toledo. «Llevo dibujando desde que era pequeño y el dibujo y la pintura se han convertido en mi medio de expresión. Es algo que nunca he abandonado», reconoce. Y esa pasión por los pinceles le ha llevado también a cumplir otro de sus sueños: exponer en la Casa Malpica de Manzanares, localidad a la que está vinculado por ser el lugar de nacimiento de su pareja.
La muestra, que reúne un total de treinta piezas de su obra, estaba prevista para mayo de 2020 pero la pandemia obligó a retrasarla. Su última exposición fue en 2015, por lo que llega a Manzanares con mucha ilusión de colgar sus trabajos en un lugar «amplio y espacioso» como es la Casa Malpica, donde se pueden contemplar algunas de las piezas de su obra. «Expongo momentos efímeros. Por un lado, las sensaciones y los sentimientos que he experimentado en los diferentes viajes y por otro, dibujos rápidos de tinta surrealistas que manifiestan el estado de ánimo en mi día a día para superar incluso el estrés y la ansiedad en determinados momentos. Es como una terapia», argumenta en declaraciones a La Tribuna. Y para ello, ha visitado todo un sinfín de lugares como Villanueva de la Vera (Cáceres), que «me transmite mucha calma», Perú, Argentina, Marruecos, Ecuador, Colombia, Indonesia y un largo etcétera que le han ayudado a dar forma a sus obras.
Y es que viajar, es otra de sus pasiones. «Es donde más se aprende», subraya para señalar después que allí donde va, lo hace siempre con su cuaderno. En su lista hay programados otros muchos viajes, entre ellos Italia o París a los que está seguro que volverá, pues aunque «se repita siempre hay algo nuevo que pintar», reconoce. En la exposición, señala, hay un cuadro sobre París «y estoy seguro que al volver encontraré otros elementos que me inspiren y que me harán dibujar de nuevo». «Me gusta mucho trabajar esa parte cultural, también en mis clases, con el fin de entender un país a través del arte, que al final es el medio de expresión más conocido», argumenta.
Asegura que durante el confinamiento pintó bastante pero sintió que muchas de esas obras tenía que regalarlas porque eran muy especiales. «Aunque ese tiempo fue muy fructífero, en la exposición solo muestro una de las obras que pinté en ese tiempo. Pinté para superar ese momento, pero con el tiempo percibo esos meses como algo traumático», lamenta.
Momentos efímeros, como se titula la muestra, realizados en lapicero, en acrílico sobre tabla y en plumilla y acuarela, y que se podrán ver hasta el próximo 8 de diciembre en la Casa Malpica de Manzanares. «Adapto la técnica a la emoción», apunta al tiempo que señala que exponer ha sido para él un gran logro, pues aunque ahora se encuentra en un momento de descanso su intención es seguir dibujando y pintando «profundizando con un tinte abstracto los cielos y los paisajes de distintos lugares, entre ellos también los de Castilla-La Mancha», comenta González, quien ostenta también la presidencia de la Asociación de Dibujo de Castilla-La Mancha. Por ello, no es de extrañar que reivindique «la importancia que el arte tiene en la sociedad y que se vea reflejado en el sistema educativo».