Con la mirada vuelta al rosetón

Nieves Sánchez
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Ángela y su familia son los primeros que ponen sus ojos en Calatrava la Nueva tras su reapertura después de casi cuatro meses cerrado, en un día marcado por el calor, nuevas medidas de seguridad y escasas visitas

Con la mirada vuelta al rosetón - Foto: Pablo Lorente

Hay lugares y personas que son origen y destino, escaleras que son de ida y vuelta, ventanas que nunca se cierran y brazos a los que siempre se regresa y en los que uno se regocija tras meses de encuentros y besos en sequía. Ramón volvió ayer después de muchos años a visitar el lugar donde las piedras cuentan historias lejanas, de batalla y de lucha, de fortaleza y perseverancia. Regresó con la mirada vuelta al rosetón del sol naciente de Calatrava la Nueva, que ayer volvió a abrir sus puertas, y regresó también a la casa de su infancia, a Puertollano, donde su madre ha esperado meses para poder volver a abrazarlo.

La luz implacable de un sol de justicia marcaba el mediodía. En la pequeña oficina donde Consuelo Molina corta y cobra las entradas para acceder al castillo de Aldea de Rey, una mampara la separaba de los primeros visitantes que recibió  el sacro-convento del cerro Alacranejo en su reapertura, tras casi cuatro meses cerrado al público por la pandemia de la COVID-19, el mismo tiempo que Ramón no regresaba a casa.

 Él, su mujer y sus tres hijos pequeños, acompañados de la abuela Ángela, llegaron armados de gorras, mascarillas y agua. «Viven en Murcia, pero mi hijo ya ha venido otras veces al castillo porque somos de Puertollano, pero yo, mi nuera y los niños no lo conocíamos, así que hemos dicho pues vamos a hacer una excursión, pero nos va a hacer mucho calor», contaba a La Tribuna Ángela Muñoz, que ha pasado unos meses «muy duros» de confinamiento al estar separada de su único hijo y nietos. «La cuestión es que todavía no ha pasado esto, pero tenemos que empezar a hacer un poco de vida normal».

Con la mirada vuelta al rosetónCon la mirada vuelta al rosetón - Foto: Pablo LorenteConsuelo les explicaba mientras guardaban sus tickets las medidas a tener en cuenta en esta nueva normalidad: el inicio de la ruta, seguir las flechas que marcan el recorrido, las mascarillas, no juntarse en los baños y mantener los dos metros mínimo de distancia con otros turistas. «En este caso no va a ser necesario porque van a estar solos durante la visita, de hecho hoy no esperamos grupos, que no pueden superar las 25 personas. Ellos son los primeros y puede que sean los únicos hoy, aunque por las tardes cuando baja un poco la temperatura suele venir gente», explicaba la guarda del castillo contenta de volver a su puesto de trabajo.

La familia inició en Calatrava la Nueva un camino que quieren continuar estos días que tienen de vacaciones por otros lugares y monumentos de la provincia. «Vamos a aprovechar para hacer turismo, además me ha sorprendido gratamente que aquí son más exigente que en Murcia con las medidas de seguridad en la mayor parte de los sitios», contaba Sueli, la mujer de Ramón.

Avanzaban despacio por el calor, sin perder detalle de la fortaleza y el paisaje a sus pies, solos en la luz, con la mirada vuelta al gran rosetón de la iglesia de tiempos de los Reyes Católicos, maravillados por su belleza. No faltaron los selfies y fotografías, alternando los fondos y decorados para recordar que fueron los primeros en volver al pasado que la pandemia sepultó en una nueva realidad que les hace ahora andar asfixiados con  las mascarillas. «Nada es igual ya, pero yo estoy feliz de tenerlos aquí conmigo», decía Ángela de la mano del pequeño de sus nietos.

Con la mirada vuelta al rosetón
Con la mirada vuelta al rosetón - Foto: Pablo Lorente
recorrido marcado. Ángela y su familia han estrenado la ruta por el interior del castillo que ha diseñado el Ayuntamiento  de Aldea, «que se deberá respetar» para evitar aglomeraciones en puntos del recorrido,  con limitación de la visita a las zonas indicadas como accesibles para ello y excluyendo las zonas de difícil o imposible desinfección por cuestiones técnicas. Para señalizar este nuevo recorrido hay flechas pintadas en el suelo que van guiando a los que entran y salen y cinta de balizamiento para  prohibir el acceso a determinadas estancias del Castillo de Calatrava la Nueva, sede principal de la Orden de Calatrava y uno de los Castillos Roqueros más importantes de Europa. Es la nueva manera de volver a mirar al rosetón que preside uno de los principales reclamos turísticos de la provincia.