El Centro Regional de Folclore me parece un proyecto fuerte

D. Farto
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Philippe Beaussant, es presidente del Comite de Organizaciones Internacionales de Festivales de Folclore (Cioff), entidad integrada en la Unesco que en España preside el ciudadrealeño Rafael Cantero.

El Centro Regional de Folclore me parece un proyecto fuerte - Foto: Rueda Villaverde

¿Qué tiene que aportar el folclore en la cultura?

Hay una idea de que el folclore está desapareciendo, pero no es cierto. Yo he estado en varias ciudades donde hay grupos jóvenes que están haciendo muchos progresos. En Marruecos este mismo año, he visto que hay muchos jóvenes implicados en el folclore, que están bailando, que estudian la música... Realmente, el interés por el folclore en muchos pueblos está creciendo. La particiación de la juventud en España es una realidad, es muy fuerte. Yo creo que es una fuerza social, una garantía cultural para un país o una región. De hecho, la mayor parte de los grupos que vienen a los festivales están formados por una mayoría de jóvenes.

La cultura inmaterial, que es lo que nosotros estamos llevando con la Unesco, tiene gran peso en el mundo entero.

¿Qué papel pueden jugar las nuevas tecnologías en el folclore?

Ya es de lo más importante ahora. Las redes sociales permiten que lo que se está haciendo en todas partes pueda verse en un momento. El otro día vi un vídeo de un festival en el Mar Muerto y ese mismo día ya tenía más de 3.500 visitas, eso es increíble. También podemos encontrar referencias de todos los grupos que hemos visto este año. Eso es bueno que podemos tener con las nuevas tecnologías. Es una herramienta que está en la actualidad.

El Cioff cuenta con más de 110 países y más de 360 festivales, ¿cómo es posible compartir objetivos con organizaciones que representan culturas y continentes con una gran diversidad?

Lo que intenta la Unesco y estamos trabajando en ello es mostrar la diversidad cultural, que es algo importante y que forma parte de los Derechos Humanos. El Cioff es colaborador de la Unesco y estamos trabajando mucho en la conservación del Patrimonio Cultural Inmaterial. Hay muchos grupos del folclore que se basan en la música y la artesanía, de los que nos llegan muchas propuestas para decidir si los podemos aceptar  o no. De las organizaciones que colaboran con la Unesco, 40 tienen el título de entidades asociadas, entre ellas está el Cioff, que tiene muy consciente la importancia de la diversidad cultural para el Patrimonio Cultural Inmaterial. Nosotros estamos trabajando en la difusión de una cultura de paz, también a nivel internacional.

La imagen tradicional del folclorista que tenemos es la de una persona que viaja al sitio más remoto en busca del último vestigio de una costumbre o una tradición, ¿qué queda de esa forma de trabajar y en qué medida se parece a lo que se hace hoy en día?

Es una tarea importante, que por ejemplo en España lo están haciendo muy bien, no en todos los países se hace, tanto en materia de vestuario, de trajes típicos tradicionales. Eso tiene una parte muy tradicional, muy auténtica y hay otra parte más estilizada, pero es importante trabajar con los dos. Hay todavía grupos que trabajan con lo muy tradicional, pero hoy es muy difícil ver algo así que se hace en la calle, que se hacía igual por parte del pueblo. De hecho hoy soy más importantes los grupos que hacen un folclore que está a medias entre un espectáculo tradicional y otro más estilizado, precismente para poder subir al escenario. A pesar de ello, hay muchos que tienen guardados trajes típicos de mucho antes y lo que ha cambiado es la coreografía para salir a escena. Es un matiz importante porque en un festival internacional hay que ofrecer un poco más que lo tradicional para atraer al público.

¿Qué representan los festivales como el que se está desarrollando en Ciudad Real para los objetivos del Cioff?

Todos ellos producen un intercambio realmente importante entre culturas. Nuestro próximo objetivo es seguir extendiéndonos por el mundo, por ejemplo en los países árabes. En la Unesco nos hemos marcado como objetivo trabajar con los países árabes para desarrollar en esos países un cultura de paz. Por primera vez tenemos un grupo de sabios que está trabajando para saber cuál es esa cultura de paz que tenemos que hacer para los intercambios,  también para nuestros países. Tenemos la idea de que los jóvenes accedan a distribuir a la cultura, de manera que sepan que su cultura tiene derecho a existir y a la vez que a través de otras culturas podemos acercarnos a otras personas del mundo, que es lo importante.

Ciudad Real tiene proyectado un Centro Regional de Folclore, ¿qué papel juegan este tipo de entidades a escala global?

No son tan frecuentes en el mundo, pero sí lo son en los países donde la tradición les importa. En el mundo hay muchos festivales, pero apoyo tan a fondo como es que un gobierno nacional o regional ponga dinero para que se estudie la cultura tradicional, es menor. Hay pocos países que tengan ese tipo de centros, pero parece una idea muy importante. Hace poco estábamos hablando de ello y me parece un proyecto fuerte.

Recientemente falleció Rafael Romero, ex presidente de Mazantini, a quién se dedicará un espacio dentro del Centro Regional de Folclore, ¿qué recuerdo guarda de él el Cioff?

Rafael Romero también hizo un gran trabajo en el Cioff España y también ha nivel internacional. Está claro que lo que hay que hacer es consolidar el trabajo que han hecho los anteriores dirigentes para dar a conocer la cultura del pueblo y seguir adelante. En este sentido, es para estar contento con el trabajo que está haciendo ahora Rafael Cantero como presidente de Cioff España.

¿Qué le ha parecido la elección de Rafael Cantero al frente del Cioff España?

Hace tiempo que es amigo mío y estoy convencido de que será un gran presidente, sobre todo por su idea de poner en marcha una organización de jóvenes. Realmente el grupo de España sirve de ejemplo de lo que queremos conseguir.

¿Cómo fue su experiencia personal para adentrarse en la estructura del Cioff?

Yo tengo la suerte de haber estado en el Cioff desde que fue creado. Empecé trabajando en el festival de Confolens, ayudando en los desfiles. Tenía la suerte de estar estudiando y hacia este trabajo en verano. Estaba dos meses con grupos que venían a España, a Alemania. Luego ya se me ocurrió ir a la Universidad para aprender español e inglés. Después tuve la oportunidad de que el presidente del Cioff, que lo era también del festival de Confolens, me pidió trabajar con él. Entre en la dirección 1990, fui primero secretario de actas, en 2001 fui elegido para ser secretario general de Cioff, lo fui diez años y en 2013, el presidente se retiró y fui elegido yo, que estoy en mi segundo mandato. En este tiempo creo que cambiamos una estructura que creo que era un poco vieja, para tener más presencia en países latinoamericanos, de Asía, África… Con la idea de tener unas estructuras más abiertas a la democracia, porque muchas veces había organizaciones que eran una sola persona que se dedicaba a todo esto, pero no tenía un comité a su alrededor, no tenía a nadie para hacer el trabajo. La idea es que las organizaciones funcionen como en España, que se corresponde totalmente con lo que estamos haciendo para tener una estructura realmente democrática en todos los países. Una persona que representa solo a su ciudad y a su grupo ya no puede ser el representante principal de su país. Para todo eso el apoyo de la Unesco es fundamental.