La etapa de la juventud implica numerosos cambios físicos, sociales y emocionales; es un período clave en el desarrollo y mantenimiento de hábitos importantes para el bienestar mental y, en este sentido, los cambios en las rutinas de vida que ha traído la pandemia han podido condicionar la salud mental de los jóvenes.

En la semana en que se ha conmemorado el Día Internacional de la Juventud, la psicóloga Mar Aguilar, secretaria del Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha, ha explicado a Efe que la crisis sanitaria ha traído de la mano el aumento de la sintomatología ansiosa y depresiva, cuyas consecuencias «se están haciendo más evidentes en la juventud y lo vemos en nuestras consultas».

En condiciones normales, antes de la pandemia, los jóvenes y adolescentes ya se exponen a factores de riesgo como el deseo de una mayor autonomía, la calidad de vida doméstica, el acceso a la tecnología, la exploración de la identidad sexual, la relación con sus iguales o los problemas socioeconómicos, aspectos que pueden afectar al desarrollo de todo su potencial, que es esencial tanto para su bienestar durante esta etapa como para su salud física y mental en la edad adulta.

Sin embargo, hay que sumar los factores de riesgo psicosocial a los que se asocia la pandemia que, según ha explicado Aguilar, son el aislamiento y la violencia intrafamiliar, la pobreza, el hacinamiento, el abuso de las nuevas tecnologías y la obesidad, y si estos factores no se trabajan «pueden generar problemas que traigan consecuencias en su futuro», ha señalado.

Además, la psicóloga también ha destacado que el desarrollo de los jóvenes se ha podido ver afectado por el cierre de los centros educativos, la limitación de las relaciones sociales y la imposibilidad de vivir experiencias que les tocaba vivir, circunstancias que constituyen un foco de estrés «muy significativo» para la juventud y para cómo afronta esta nueva realidad.

Esta situación mantenida en el tiempo «ha podido condicionar la salud mental de nuestros jóvenes», ha afirmado Mar Aguilar, quien ha informado que los datos revelan que, actualmente, se atienden patologías relacionadas con cuadros de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, conductas autolíticas y, en algunos casos, conductas suicidas.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes, pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan, al respecto de lo cual la secretaria del Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha ha afirmado que la sociedad cada vez tiene más interiorizado que hay que acudir a un profesional de la psicología para abordar las dificultades emocionales, relacionales, conductuales o sociales.

Ha añadido que, en concreto, los jóvenes tienen menos estereotipos negativos y mayor flexibilidad cognitiva para la búsqueda de soluciones.

En este sentido, Mar Aguilar ha precisado que se debería pedir ayuda cuando la persona se ve desbordada, ha puesto en marcha todos los recursos disponibles para tratar el problema y, a pesar de ello, se encuentra en situación de bloqueo y le afecta en diferentes ámbitos de su desarrollo.