Nuestra liga y la magia del nitinol

Diego Izco
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Este material, una aleación de níquel y titanio, tiene la propiedad de regresar a su estado original (memoria de forma) en cuanto cambia de temperatura; el torneo nacional también: Madrid y Barça ya mandan

Nuestra liga y la magia del nitinol - Foto: JAVIER BARBANCHO

Podemos doblar y retorcer el hilo de nitinol, enroscarlo, darle la forma que queramos... que en cuanto le aplicamos calor recupera su forma original. Ese cambio de temperatura, el que devuelve el hilo al estado primigenio, es a la Liga española el irremediable paso del tiempo: por más vueltas que le demos al torneo, por más aristas que les busquemos y críticas les inventemos, ellos siempre estarán arriba. 

El insufrible Real Madrid del torpe Zidane es líder invicto; el horripilante Barça del muñeco Valverde ya es segundo a distancia de un partido. Ese equipo de blanco que no juega a nada es el que más remata de la Liga (134 intentos); ese azulgrana que tiene 1.000 agujeros en defensa y gana de casualidad es el que más marca (20 dianas). El que sufre en el Bernabéu hizo cuatro; el que lo pasa mal en el Camp Nou, otros cuatro. Y al final, con un poquito de tiempo, la Liga volvió a su estado original. Y no, como en el caso del nitinol, esto no es magia: es lo que tiene que pasar. 

Mientras al Atlético se le empiezan a ver las costuras, al pujante Granada se le acaba el efecto sorpresa, a la espectacular Real le pillan el truco en casa o al impermeable Athletic de Garitano le endosan dos derrotas consecutivas, los ‘gigantes’ ponen esa velocidad de crucero, como Indurain en la alta montaña: «¡Pero si no ha atacado! ¿Cómo es posible que los suelte a todos?». Incluso en sus versiones menores, siguen teniendo escuela, historia y pólvora para ganar el 75 por ciento de los puntos en juego sin despeinarse. 

Como todavía están en pleno rodaje hacia 2020 (cuando comienza la fase final de la Champions), siguen permitiéndose el lujo de ser asustados. El Madrid concede penaltis tontorrones ante el Granada, pero termina luciendo todo el músculo ofensivo que les falta a los demás para sellar el 4-2; el Barça es zarandeado por un Sevilla colosal al que solo le falta gol: y en lo que duran la falta de puntería de De Jong y Ter Stegen, va Suárez y se inventa una chilena que abre la lata hacia el 4-0 definitivo. Que iban a ponerse ahí arriba ya lo sabíamos.