La variante ómicron está provocando un repunte de bajas laborales en empresas de Ciudad Real. A diferencia de otros puntos de España, donde los empresarios pueden reorganizar los turnos de trabajo o reforzar el teletrabajo, los contagios están ocasionando el cierre temporal de muchos negocios en la provincia, ya que su tejido empresarial está formado fundamentalmente por autónomos, pymes y micropymes, con una media de tan solo siete trabajadores. En Castilla-La Mancha, casi 18.400 personas estuvieron de baja laboral en diciembre, lo que supone un incremento del 878% respecto al mes de noviembre.

Así lo subraya el presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (Fecir), Carlos Martín, que hace hincapié en que los efectos de esta nueva variante de la COVID-19 "se están notando una barbaridad y están ocasionando auténticos dramas para muchos empresarios". Destaca, en este punto, la reducción del confinamiento de diez a siete días como una noticia positiva que "puede beneficiar a todos". "Esta variante es más infecciosa pero menos agresiva y la vida tiene que seguir, no se pueden cerrar los negocios", apostilla.

No obstante, el presidente de la patronal ciudadrealeña hace hincapié en que "lo primero es la salud". "Hay que acatar las decisiones que adopte la Consejería de Sanidad, que creo que está haciendo muy bien las cosas, pero estas bajas están haciendo mucho daño y además de tener salud física, es necesario tener también salud económica", remarca Marín.

El máximo responsable de Fecir felicita al Gobierno regional por su "valentía" a la hora de adoptar restricciones menos severas que en otras comunidades autónomas: "Las cosas están funcionando y confiamos en que la economía se vaya recuperando poco a poco". Asegura que las navidades han sido "más complicadas de lo que se preveía", especialmente para los sectores del comercio y la hostelería, aunque con mejores resultado que en otros puntos del país.