Pío XII: el origen de un barrio ligado al ferrocarril

Rafael Cantero
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El barrio de Pío XII se creó por iniciativa de un grupo de trabajadores ferroviarios que fundaron, en 1956, la Cooperativa de Viviendas Protegidas de la Hermandad Ferroviaria de Acción Católica

Pío XII: el origen de un barrio ferroviario - Foto: Ángel Carnicer Mena

El barrio de Pío XII se creó por iniciativa de un grupo de trabajadores ferroviarios que fundaron, en 1956, la Cooperativa de Viviendas Protegidas de la Hermandad Ferroviaria de Acción Católica. Tres años después, en 1959, se entregaron las llaves de las primeras viviendas y la barriada fue creciendo paulatinamente hasta convertirse en una de las zonas más pobladas en aquellos años.

En el este de la barriada de Pío XII existió una amplia explanada situada entre la calle Juan Bautista de la Concepción y la actual calle Fortuny, que era conocida popularmente por los vecinos del barrio como el Campillo. En este espacio que en tiempos fue una era, acostumbraban a instalarse los circos que ocasionalmente visitaban la ciudad, como se puede comprobar en la fotografía antigua.

Esta zona cambió radicalmente su fisonomía cuando el 17 de junio de 1986, el Ayuntamiento de Ciudad Real, presidido por entonces por Lorenzo Selas Céspedes, inauguró un nuevo parque que recibió el nombre de Santo Tomás de Villanueva.

Pío XII: el origen de un barrio ligado al ferrocarrilPío XII: el origen de un barrio ligado al ferrocarril - Foto: Tomás Fernández de MoyaEl recinto ajardinado recién construido ocupaba una superficie de 9.000 metros cuadrados. En el centro del parque se levantó un monumento al ferrocarril como homenaje y recuerdo a la vinculación de la barriada con este medio de transporte. El monumento consistió en la instalación de una antigua máquina locomotora de vapor que perteneció a Renfe. La máquina era, y sigue siendo, una Mikado serie 141 F, con número de matrícula 2.400, construida en España en el año 1957 por la empresa Euskalduna, propiedad del Museo Nacional Ferroviario de Madrid y que fue cedida al Ayuntamiento de Ciudad Real para su instalación en este recinto. Este tipo de locomotoras a vapor fueron utilizadas por Renfe entre los años 1953 y 1975, cuando fueron sustituidas por medios más modernos. 

La locomotora expuesta en el parque Santo Tomás de Villanueva está situada en la parte central, en una isleta, sobre raíles, que en un principio estaba rodeada por un pequeño estanque que posteriormente fue cegado y cubierto de césped.

Este monumento situado en el corazón del barrio es todo un homenaje al ferrocarril, por lo que supuso para el desarrollo económico de Ciudad Real y como reconocimiento de la importancia que tuvo y tiene en la actualidad el mundo ferroviario.

La máquina del tren llegó a Ciudad Real en 1984, montada en una góndola de grandes dimensiones, remolcada por una potente cabeza tractora. Una vez en la capital, la máquina fue limpiada, restaurada y puesta a punto por un desinteresado grupo de personas que pertenecían a la Asociación Manchega de Amigos del Ferrocarril, dirigidos por Froilán Medina, y que había sido maquinista del antiguo depósito de máquinas de Ciudad Real. Una vez instalada en el parque Santo Tomás de Villanueva, el mantenimiento, conservación y limpieza quedó a cargo del Ayuntamiento de la ciudad, tal y como se pactó con el Museo Nacional de Ferrocarril, organismo que sigue siendo el propietario de la máquina expuesta.