El último superviviente

Hilario L. Muñoz
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Cinerama, ubicado en la calle Pedrera Baja, será en cuestión de días el único vídeoclub que quede abierto en la capital con un centenar de fieles tras el anunciado cierre de Metro

Un tesoro tras tres décadas de alquiler - Foto: Rueda Villaverde

En 1989 abrían en Ciudad Real dos empresas dedicadas a uno de los negocios más rentables de los 80 y de toda la década de los 90. No había casa de Ciudad Real, club juvenil o noche con amigos que durante el fin de semana no pasara antes por alguno de estos establecimientos. Se trata de los dos últimos videoclubes que quedan en la capital, Cinerama y Metro, los supervivientes a la copia, a la época de las descargas, al streaming... En unos días solo quedará uno de ellos, Cinerama, una empresa que abrió sus puertas cuando salió Solo en Casa y quedará como el único negocio del alquiler en la capital, ya que Metro se encuentra en liquidación del tesoro que supone su stock, agotando los días, antes de echar el cierre y que lo que quede pase a la venta online, donde los DVDs, las consolas antiguas y el merchandising tiene una gran salida en estos días.

Muchos menores de 20 años no pueden imaginar un mundo como el actual en el que solo con pulsar un botón puedan tener acceso a miles de películas o videojuegos. Un videoclub era un espacio físico similar, en el que al abrir sus puertas se tenía acceso a miles de títulos. La comparación puede parecer exagerada pero Netflix en su catálogo de 2018 tenía 5.000 películas mientras que Cinerama cuenta con unos 10.000 títulos entres sus paredes. El precio no ha variado en años con 2,50 euros para el alquiler de los estrenos o cinco películas a cuatro euros durante una semana si no son estrenos. Este viernes había alquilados dos títulos recientes y aún no disponibles en esas plataformas como son Creed 2 y Spiderman, un nuevo universo.

«Socios son muchos, pero que vengan hay unos pocos», un centenar son los fieles que suelen acudir y se trata de «gente de todo tipo», dice el dueño de Cinerama, Rogelio Donoso. Ubicado en la calle Pedrera Baja, su secreto está en sí mismo, con una vida que le permite seguir en un negocio que ha cerrado en casi todos los municipios. En toda la provincia apenas quedan cuatro, muchas veces gracias a que se trata de amantes del séptimo arte, que cuenta con un local pagado y pocos gastos personales. En su caso y en el de otros en estos tiempos suman al alquiler de películas, el alquiler de videojuegos, en su caso Play Station 1 y 2, auténticas antigüedades que también se pueden comprar; las chucherías, que ya existían cuando los videoclubes eran un buen negocio; los artículos relacionados con películas, el merchandising; o ser un punto de entrega de paquetes de UPS. Perduran también tópicos del videoclub como las películas X, que tuvieron y siguen teniendo público.

Un tesoro tras tres décadas de alquilerUn tesoro tras tres décadas de alquiler - Foto: Rueda Villaverdeclásicos. A estos aspectos hay que añadir que cuenta con el stock de años y años abiertos en los que ha «visto todas las películas». «Viene gente con una edad que busca objetos antiguos y les parecen interesantes». Por ejemplo recientemente vendió los videojuegos Galaga y Alone in The Dark para la Play Station 1, por 20 euros cada uno en precio liquidación. Se trata de dos títulos del año 2001 y que vuelven a estar de moda gracias a las propias empresas que reeditan títulos antiguos. Se trata de una muestra de que hay un negocio en los videoclubes, gracias a aquello que se quedó en la tienda tras año y tras año.

Esto se nota en Metro, que anunció hace semanas su cierre y puso sus títulos en liquidación. Se trata de un fin a una cadena, llegó a haber dos abiertos en Ciudad Real, que llega porque no hay futuro ni ninguna posibilidad de cambiar a otro modelo de negocio. De hecho, el local se reconvertirá en otro tipo de empresa, a partir del 30 de septiembre, y mientras, los dueños ya han abierto una tienda de electrodomésticos para mantener los puestos de trabajo que tienen.

A Cinerama, en este periodo sin competencia le queda todavía un largo camino por recorrer ya que Donoso, con sus 54 años, le queda más de una década para su jubilación, y el videoclub puede llegar a cumplir los 40 años como en este 2019 hace los 30. Para ello necesitará de socios, para lo que basta con llevar el DNI y ganas de acceder a una oferta de ocio, en ocasiones, tan grande como la que ofrecen las grandes plataformas tecnológicas. 

El último superviviente
El último superviviente - Foto: Rueda Villaverde