Un arranque del curso incierto

Agencias
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El Gobierno asegura que los colegios solo cerrarán en caso de que exista un consenso entre Sanidad y las regiones. Madrid y Navarra inauguran el primer día de la vuelta al cole, que se desarrolla con medidas de higiene y sin incidencias

Un arranque del curso incierto - Foto: Eduardo Sanz

Seis meses después de las últimas clases presenciales, las puertas de los centros escolares navarros e infantiles de Madrid volvieron a abrirse ayer, entre los «nervios» e «incertidumbre» por un curso atípico, pero sin aparentes incidencias, y donde la expectación fue máxima por ver el desarrollo del primer día de la vuelta al cole. Todo ello mientras el Gobierno y las regiones continúan trabajando para garantizar la seguridad en los centros, cuyo cierre, según anunció ayer el Ejecutivo, deberá ser consensuado.

En concreto, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, señaló que las comunidades que quieran hacer un cierre de colegios parcial o generalizado, algo no contemplado hasta ahora, deberán «hablarlo» con el Gobierno central y el resto de autonomías para que exista «un conocimiento de la situación», aunque será la región la que tenga la última palabra en la decisión.

Así lo aseguró en rueda de prensa tras participar en la XXII Conferencia de Presidentes Autonómicos, encabezada por Pedro Sánchez, y en la que se abordó la vuelta a las aulas en el contexto del coronavirus. Sánchez ya había pedido a los presidentes autonómicos que no cierren los colegios en caso de brotes detectados sin previa consulta con Sanidad, ya que en caso contrario podría extenderse el virus en vez de aplacarlo.

«Ha habido una coincidencia en que esas medidas -el cierre de colegios-, que afectan a otros territorios, es normal conocerlas al menos y valorarlas conjuntamente, antes de que las tome quien las tiene que tomar, que en este caso son las comunidades autónomas», señaló Illa, quien recordó que la competencia sanitaria y educativa la tienen las regiones, pero que existe una «necesidad de coordinarse, tomando medidas proporcionadas en cada territorio a la situación epidemiológica».

Asimismo, en la reunión, se puso «el énfasis» en la necesidad de abrir la educación presencial, como ya acordaron Sanidad, Educación y las comunidades el pasado 27 de agosto. En este sentido, Illa recalcó que existe un protocolo de recomendaciones, que puede ir cambiando en función de la pandemia, sobre qué hacer en el caso de un contagio o un brote en un centro educativo.

La conferencia sirvió también para que muchos presidentes autonómicos pidieran coordinación y más fondos al Ejecutivo, así como un reparto más equitativo. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, defendió «actuar con unidad» y con «igualdad de acción» ante el inicio del curso escolar «más complejo de los últimos 40 años», mientras que el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, hizo un llamamiento a la tranquilidad de la comunidad educativa ante el regreso «a unas aulas preparadas y seguras».

Las consecuencias del cierre de los colegios también estuvieron presentes durante la reunión, y el Gobierno insistió en la necesidad de cambiar la legislación para que los padres cuyos hijos tengan que hacer cuarentena pero con PCR negativa puedan tener derecho a la baja, algo que estudiará la próxima semana con los agentes sociales.

Con ganas e incertidumbre

Mientras regiones y Gobierno continúan trabajando e intentando acercar posturas, el nuevo curso dio ayer su pistoletazo de salida y miles de escolares comenzaron en Navarra el colegio con medidas extraordinarias, entre ellas, el uso obligatorio de mascarilla a partir de los seis años. La ausencia de incidencias caracterizó este primer día de una vuelta al colegio que «siempre es una buena noticia», en palabras del consejero de Educación, Carlos Gimeno, quien quiso transmitir a las familias un mensaje de «confianza» en la comunidad educativa.

«Por fin vas a ver a tus amigos, pero nada de abrazos», fue la frase, seguramente repetida en múltiples conversaciones familiares en las últimas horas, con la que despidió una madre a su hija pequeña a la entrada de un colegio de Pamplona. En esa frase resumía, por un lado, las ganas y la necesidad de volver a la «normalidad», de retomar las clases y las relaciones con los amigos, y por otro, la «nueva normalidad» que obliga a extremar las medidas para evitar contagios.

También ayer fue el turno de los más pequeños de Madrid, donde los menores de entre cero y tres años se incorporaron a las clases de Educación Infantil.