De esta manera se suma a la propuesta realizada por la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española.

Esta jornada incluirá la celebración de la eucaristía, ofreciéndola por el eterno descanso de todos los difuntos fallecidos a consecuencia de la COVID-19 y el consuelo y esperanza de sus familiares. Al mismo tiempo, está previsto dar gracias por todo el trabajo y el sacrificio realizado por tantas personas y colectivos que han luchado en primera línea para combatir la enfermedad durante el tiempo de la pandemia. También se rezará de una manera especial por los mayores, el grupo social más golpeado por la enfermedad, y personal de las residencias. Esta celebración desea además pedir la luz para que se alumbre pronto una solución a la crisis social y económica provocada por la pandemia y el confinamiento.

A la misma serán invitados a participar, dentro de las posibilidades del aforo permitido, las autoridades de las Instituciones del Estado, Autonómicas, Provinciales y Locales, algunos familiares de los fallecidos y personas que han superado la enfermedad. Igualmente, a representantes de los diversos colectivos (sanitarios y capellanes de hospitales, residencias de mayores, Cáritas, sacerdotes, fuerzas armadas, cuerpos de seguridad del Estado y Policía Local) que están trabajando por el bien común durante la pandemia.