Opañel edita una guía para atajar la violencia 'rural'

Hilario L. Muñoz
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La asociación presenta un documento que busca trabajar con la adolescencia para superar las dificultades que implica denunciar en pequeños municipios

Opañel edita una guía para atajar la violencia 'rural'

La asociación Opañel ha editado la que puede ser una de las primeras guías enfocadas a abordar la violencia en el ámbito rural y a trabajar con los más jóvenes. Se trata de un proyecto que la entidad lleva presentando a través de encuentros online con profesionales. En Ciudad Real, el encuentro se celebrará el próximo 3 de diciembre para dar a conocer esta Guía formativa para profesionales sobre relaciones igualitarias y prevención de violencia de género que sufren las adolescentes y jóvenes en el ámbito rural. Se trata de un proyecto realizado junto al Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

«Hay muy poco material con la perspectiva rural y está la falsa creencia de que con los chavales ya hemos logrado todo y que la igualdad está conseguida». Así explica la formadora de Opañel, Ana Bote, los elementos con los que nace esta guía. Cuando la entidad ha trabajado con jóvenes, con algunas campañas de la Junta de Comunidades en entornos festivos, ha conocido reflexiones alejadas de la igualdad con un discurso «muy conservador y rozando conductas muy permisivas con la violencia o el control» entre adolescentes. Por este motivo se optó por crear una herramienta enfocada a profesionales que trabajan con adolescentes para dar a entender algunas claves de la violencia de género, en el ámbito general, y en el ámbito rural de forma práctica, debido a los matices que tiene en los pequeños municipios.

En este sentido, Bote recordó que la violencia de género en el ámbito rural surge de los mismos factores condicionantes y tiene unos esquemas similares que la urbana, las diferencias se encuadran en la cercanía, lo que implica «falta de anonimato y confidencialidad» cuando se opta por «denunciar o manifestar lo que está pasando». Una segunda diferencia se encuentra en el diseño de los recursos, centrado en servicios más aptos para las ciudades, sin tener en cuenta, por ejemplo, «la necesidad de transportes», que puede tener una adolescente que necesite acudir a esos servicios. El último aspecto diferencial es lo familiar, porque «cuando dice abiertamente lo que está pasando» puede haber ciertos elementos que lleven a pensar en la vergüenza de padres y madres.

Con estos elementos resulta clave en la detección de la violencia de género la escucha de la adolescente y generar un vínculo estable. A ello debe continuar un acompañamiento e intervenir de manera rápida cuando haya hechos graves.