La provincia de Ciudad Real ha registrado cuatro agresiones físicas a profesionales sanitarios en lo que va de 2019. El dato lo expuso ayer el director general de Recursos Humanos del Sescam, Íñigo Cortázar, quien participó en la reunión del Observatorio de la Violencia celebrada en el Hospital General Universitario. En el encuentro participaron sindicatos, efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad para escuchar la exposición de las cifras y abrir un diálogo con las mejoras que se pueden realizar, entre ellas generar sinergias con las policías locales de los ayuntamientos y abrir una nueva vía «coercitiva a los agresores», a través de multas que se impongan desde la administración regional.  

En este sentido, Cortázar recordó que en el ámbito regional en 2019 «ha habido 16 agresiones físicas, lo que supone un 25 por ciento menos que las reflejadas en 2018» y las cuatro de Ciudad Real se distribuyen dos en hospitales, la capital y Tomelloso, el resto se han dado en centros de atención primaria. «Cuando hay una agresión ningún dato es bueno pero la tendencia es positiva», dijo Cortázar, quien explicó que «no hay un patrón de agresor ni de situaciones conflictivas» pero sí en el agredido ya que suelen ser mujeres. A estas agresiones físicas hay que sumar 353 incidentes, en los que se incluyen acciones contra el patrimonio o agresiones verbales, que también han caído en un 36 por ciento, dijo Cortázar.

Respecto a las posibles mejoras  del observatorio, Cortázar recordó la necesidad de reforzar la coordinación con las fuerzas de seguridad y lograr que haya «unas bases» con los ayuntamientos para abrir vías de diálogo con los servicios de Policía Local.