La acusación considera asesinato el crimen de los Rosales

Pilar Muñoz
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«Fue a por él y acabó con él», afirma a La Tribuna el abogado Federico Castejón que ejerce la acusación particular en nombre de la viuda, destrozada desde que su vecino, presuntamente, clavó a su marido unas tijeras en el cuello y le causó la muerte

La acusación considera asesinato el crimen de los Rosales - Foto: Rueda Villaverde

«Quiso matarlo, fue a por él y acabó con su vida», asevera el abogado Federico Castejón que ejerce la acusación particular en representación de la viuda de Antonio Isidro González Gascón.

En declaraciones a La Tribuna, el letrado sostiene que los hechos ocurridos la noche del 29 de enero en la calle Arrayanes de la urbanización Los Rosales, en Ciudad Real, son constitutivos de un presunto delito de asesinato y no de homicidio como defiende el abogado del acusado.

Castejón se muestra rotundo y subraya que basa esta calificación inicial en las pruebas recogidas en el lugar de los hechos y en la declaración de los testigos.

La acusación considera asesinato el crimen de los RosalesLa acusación considera asesinato el crimen de los Rosales - Foto: Rueda VillaverdeFrancisco Seco de Herrera «fue a por su vecino Antonio y le clavó unas tijeras en el cuello hasta causarle la muerte». A juicio del letrado, la versión exculpatoria del encausado no se sostiene. «Es difícil entender que a las nueve de la noche estuviera barriendo la puerta de su vivienda unifamiliar pegada a la de Antonio, que a esa hora regresaba con su mujer de hacer la compra». El matrimonio pasó a su casa, la mujer subió a cambiarse de ropa y él salió un momento para echar un vistazo al buzón, «a ver si había recibido un aviso de compra por internet», precisa el abogado, quien añade que en ese momento, según han declarado varios testigos, Francisco Seco se abalanzó sobre él y le clavó unas tijeras en el cuello, en una zona vital, causándole la muerte. Un vecino ha declarado que sólo hubo un agresor: Francisco Seco, conocido como Curro. La víctima no tuvo capacidad de respuesta ni de defensa.

Según el letrado, una vecina ha declarado que vio que le acechaba y al acercarse Curro le dijo que no pintaba nada y que se fuera. Cuando entraba en su casa oyó los gritos. Un hombre que estaba en su coche ha atestiguado que vio como Curro «violentaba a Antonio», como le atacó y le dejó tirado en el suelo. Después, se metió en su casa y, según otras fuentes próximas a la investigación, llamó a su madre y, al parecer, le dijo que había matado al vecino. Desde entonces está en prisión. Su versión ante el juez es que esa noche él estaba barriendo la puerta de su casa  y en ese momento llegó el vecino que, según la versión del acusado, se le echó encima tras unas palabras entre ambos, se puso frente a su cara y cuando le empujó sacó unas tijeras y le hizo unos cortes. Después se produjo un forcejeo y la víctima, según la declaración exculpatoria del encausado, se clavó las tijeras en el cuello.

El abogado Federico Castejón mantiene que esta versión no se sostiene y que todo indica que se trata de un asesinato. Destaca que todos los testigos coinciden en que Antonio era una «bellísima persona, un manitas que ayudaba a todos los vecinos». Su viuda «está deshecha», con un sentimiento enorme de desamparo. No tenían hijos y dependía mucho de su marido por su estado de salud.