Desde el pasado 3 de noviembre y hasta este domingo, los pacientes más graves del coronavirus no han dejado de aumentar pasando de 19 a 31, ayer dio un respiro bajando a 29. Un incremento de ingresos en las unidades de cuidados intensivos que pone sobre la pista de la vigencia de los planes de contingencia, realizados durante la primera ola y que perduran ocho meses después. Se trata de proyectos que triplican los puestos de intensivos que había antes de la pandemia en tres de los seis hospitales de la provincia: Ciudad Real, Puertollano y Alcázar de San Juan y que llegaron a aplicarse entre finales de marzo y primeros de abril, en los peores momentos de primera ola de la pandemia.  

El centro que más camas UCI tiene de la provincia es el Hospital General de la capital donde hay 21 plazas, 24 tras una ampliación realizada, y que tiene en su plan de contingencia la posibilidad de acoger a 83 personas, aunque no ha sido necesario ampliar hasta ese punto las UCI. El 1 de abril, el General Universitario alcanzó el pico de ocupación de camas UCI más alto, con 71 puestos. Entonces había 77 camas de críticos montados. De estos pacientes, 68 eran personas con coronavirus y las otras tres sufrían otras enfermedades. Se llegaron a montar cinco UCI en el hospital, ocupando zonas asistenciales para dar espacio a quienes necesitaban respirador. Se utilizaron el hospital de día, las dos unidades de reanimación, la de quirófano y la de pruebas, y la cirugía mayor ambulatoria. Este espacio de hecho sigue habilitado como UCI para crear dos circuitos diferenciados de intensivos entre quienes tienen COVID y quienes no. 

En Puertollano son seis las camas UCI que había antes de la pandemia y el plan de contingencia implicaba la posibilidad de llegar a 12 camas. Aquí si se llegaron a ocupar todas.  

Por último en Alcázar son diez las camas que hay de intensivos y en el plan de contingencia se marca que se puede llegar hasta las 37. Todas se ocuparon en el pico de la pandemia de primeros de abril. 

Hay que tener en cuenta que el plan funcional también implica duplicar el número de camas de planta. Por ejemplo, en Ciudad Real se pueden habilitar hasta 1.100 camas, aunque en el pico máximo de la pandemia se habilitaron 800 y llegó a haber 390 ingresos con COVID en ese final de marzo. En Puertollano, con 130 camas en condiciones normales, los planes de contingencia recogían una capacidad para llegar hasta 230 camas y se llegaron a disponer 190. En La Mancha Centro se duplicó la capacidad de 299 a 549 camas.