«Esta profesión se ha devaluado»

Manuel Espadas
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El periodista Antonio Villarroel, director de RNE, deja atrás más de 40 años de trayectoria llenos de vivencias históricas

Antonio Villarroel. - Foto: Rueda Villaverde

Antonio Villarroel Sánchez (8 de mayo de 1958, Talavera de la Reina) aterrizó en 1990 en Ciudad Real para dirigir las emisoras de Radio Nacional de España en la capital y Socuéllamos. El pasado 8 de abril cumplió con su último día de trabajo y este sábado pasaba a estar oficialmente prejubilado. Detrás deja más de 40 años de profesión, 31 de ellos en la provincia.

¿Lo echa ya de menos?

Mucho. Aún estoy adaptándome a todo esto, porque realmente yo no tenía pensado jubilarme mes y medio antes de tomar la decisión. Fue algo inesperado. Surgió la idea de una posible prejubilación, me informé de las condiciones y después de analizar pros y contras, mi familia y yo nos dimos cuenta de que era el momento apropiado, una oportunidad que no podía dejar pasar. A mí me gusta mi trabajo, me divierte y me enriquece, pero creo que era el momento. Así le estoy ganando dos años de tiempo a mi vida.

¿Qué es lo que más echa en falta?

El día a día, la obligación de madrugar para ir a trabajar y ser testigo directo de la actualidad. No es lo mismo informarte que vivir las cosas de cerca. Se me hace extraño estar al otro lado de la información. Además, echo de menos a mis compañeros, que son extraordinarios. La verdad es que he tenido mucha suerte en este sentido.

¿Qué momentos informativos recuerda con más nitidez?

He tenido la fortuna de vivir de cerca y contar momentos históricos para Ciudad Real, como la puesta en funcionamiento del AVE, en cuyo viaje inaugural participé, el nacimiento del campus universitario, la gestación del aeropuerto desde el primer papel, la construcción del Hospital General… Son vivencias que no se olvidan. He sido testigo de una transformación brutal de Ciudad Real, dejando de ser la ‘capitaleja’ para convertirse en una gran ciudad.

¿En qué estado deja la profesión?

Tecnológicamente, muy bien, con unos grandes avances; pero profesionalmente creo que se han dado pasos atrás en vocación, dedicación y forma de entender el periodismo. El ejercicio de la profesión se ha devaluado. Yo mamé un periodismo bohemio, de meterse en charcos, pero ahora deja mucho que desear. Los medios le dan más importancia a la productividad que a la calidad. Ahora casi nadie se puede permitir el lujo de investigar puesto que no hay medios privados no dependientes de una mayoritaria financiación de las instituciones públicas. Sólo hay ‘canutazos’, ruedas de prensa y que se salve el que pueda. También es cierto que gracias a este apoyo público hay más medios de comunicación y más trabajo para periodistas, pero antes nos ganábamos más el respeto. Ahora no nos tienen mucha consideración.

¿Qué consejo le daría al joven se plantea iniciarse en esta profesión?

Que se lo piense mucho. Lamentablemente, las condiciones laborales de la profesión no son nada buenas en términos generales. Son muy pocos los que pueden vivir bien del periodismo, ganándose el respeto y la independencia, alcanzando un sueño que idealizamos al principio. Se corre el riesgo de tener un trabajo precario. También les diría que huyan del periodismo espectáculo, con una mala influencia de los programas basura que se ven en televisión.

¿Cómo va a llenar ahora sus días?

Quiero recuperar tiempo con mi familia, viajar con mi mujer, leer y seguir haciendo deporte, como pádel, fútbol sala o golf.