No hay mejor terapia para desconectar de las preocupaciones ligueras que centrarse en lo que será otro momento imborrable en la historia del club. El Villarrubia ha dejado a un lado por un momento las exigencias que le está suponiendo su estreno en la Segunda División B para centrarse en otra competición en la que va a debutar, aunque sin la presión que sí tiene en el campeonato doméstico. Mañana, en el estadio de Lasesarre de Barakaldo (20.15 horas), el conjunto de Javi Sánchez intentará dar la sorpresa ante un clásico de la categoría de bronce, para así pasar de ronda y tener la posibilidad de enfrentarse a uno de los grandes del fútbol español. 

El conjunto manchego, con la última derrota ante el Badajoz (1-3) asimilada, pone hoy (14 horas) rumbo a tierras guipuzcoanas, iniciando así una dura semana en la que le esperan muchas horas en autobús: 553 kilómetros separan Villarrubia de Barakaldo, y 385 Villarrubia de Sevilla, su próximo destino en Liga (domingo, 11.30 horas).  

La gran preocupación de Javi Sánchez es el estado físico de varios de sus jugadores, que han llegado a esta recta final de año muy sobrecargados. Andriu, que el sábado se tenía que retirar en la primera mitad del partido contra el Badajoz por molestias musculares, se someterá hoy a una ecografía para saber el alcance de la lesión. En Lasesarre le espera un Barakaldo que ha reaccionado en Liga, sumando en la última jornada su segunda victoria seguida ante el Athletic B (0-1), subiendo hasta la décima plaza del Grupo II de Segunda B.