La Concejalía de Medio Ambiente tiene previsto presentar este mes de noviembre los resultados del mapa de ruido que se ha elaborado en la ciudad, un estudio en el que se detallan los niveles acústicos de las distintas zonas y en el que también se incluye un plan de ruido específico del Torreón, que ha venido sufriendo los problemas del ruido durante más de 30 años. No obstante, dicho plan zonal quedará «en stand by», ya que actualmente no presenta problemas de ruido debido a la pandemia, que ha provocado el cierre de los locales de ocio nocturno y que ha impuesto el toque de queda en toda la comunidad autónoma a las 00.00 horas. De hecho, es una situación crítica para este sector económico.

Así lo indicó a este diario la edil de Medio Ambiente, Mariana Boadella, quien comentó que dicho plan zonal queda «en pausa» al presentar «una situación muy diferente» a la que motivó la realización del mapa de ruido y el mencionado estudio de la zona del Torreón, donde se concentran los locales de ocio nocturno que llevaron al Ayuntamiento a declararla como Zona Ambientalmente Saturada (ZAS). Su última revisión se realizó a finales de 2016 y se aprobó en Pleno en septiembre de 2017, afectando a cuatro calles: Madrilas, Cierva, avenida del Torreón e Hidalgos.

No obstante, el planteamiento de Medio Ambiente es seguir haciendo mediciones que arrojen datos sobre los volúmenes de ruido que soporta la ciudad. «La idea es seguir monitorizando con equipos en la calle que pueden medir el ruido las 24 horas», indicó la edil tras recordar que se trata de una de las actuaciones contempladas en la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi), y que dicha monitorización se llevaría a cabo «en distintos puntos para la evolución», en concreto en aquellas zonas de la ciudad «donde detectemos que hay problemas» de ruido, vinculado en muchas ocasiones al tráfico existente.

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Del mismo modo, está previsto que la nueva ordenanza de ruido pase por Pleno próximamente, ya que ahora está siendo revisada por la secretaría del Ayuntamiento para tener en cuenta todas las cuestiones legales. En noviembre del año pasado, el Ayuntamiento ya informó que sería una normativa de «difícil consenso», pero que se intentaría alcanzar el acuerdo con todos los sectores implicados, desde industriales, a hosteleros o vecinos. La ordenanza se modifica además para adaptarla a la normativa vigente, en concreto a la Ley del Ruido de 2003 y al Real Decreto que la desarrolla, de 2007. El borrador inicial de la ordenanza era más restrictivo y planteaba elevar las multas más graves de los 901,52 euros del actual texto hasta los 300.000 euros. Una vez que pase por Pleno habrá un periodo de exposición pública.