Las cifras que maneja la Agencia Tributaria en Ciudad Real llenan de números verdes el balance de las empresas de la provincia, al menos hasta el cierre de 2019, cuando se plantaron a las puertas de la pandemia del coronavirus con un récord absoluto de beneficios.

Así lo estima este organismo, que depende del Ministerio de Hacienda, y que traza una línea dentro del tejido empresarial al cierre del año 2019, el último sobre el que puso la lupa al analizar los resultados contables: por un lado, los que cerraron cuentas por encima de cero y por el otro, los que cerraron por debajo de cero, con números verdes o rojos. Y las primeras son mayoría.

La fuente de estos datos es el impuesto de Sociedades, el que grava los beneficios que las empresas obtienen por su actividad a lo largo de un ejercicio fiscal. Se aplica a las personas jurídicas constituidas como sociedades mercantiles (sociedades anónimas, sociedades limitadas, etc.), pero no a otros emprendedores que ejercen su actividad como personas físicas, como los autónomos.

A través de ese impuesto se sabe pues que en 2019, de las casi 15.000 empresas de la provincia que pagaron, algo más de la mitad tuvieron beneficios, 7.582, y otras 7.364 cerraron con pérdidas o con un balance cero. El resultado contable de la provincia, sumando beneficios y quitando pérdidas, arrojó un saldo positivo de más de 380 millones de euros. Desde que Hacienda ofrece información con este 'termómetro' que mide la temperatura de la salud económica del tejido empresarial de la provincia, nunca antes se habían alcanzado ese importe de beneficios, a la espera del impacto que haya tenido el coronavirus en esas cuentas.

Impacto del covid en 2020. Las perspectivas macroeconómicas invitan a pensar que las cosas no han debido cambiar mucho. El pasado mes de febrero, el Banco de España dibujó un mapa que apuntaba a las islas y al arco mediterráneo como las zonas más golpeadas por el COVID-19 y situaba en las zonas de interior, con Badajoz, Cáceres y Ciudad Real a la cabeza, como las provincias que menos PIB destruyeron. La clave, su menor dependencia a sectores como el turístico, que se frenó en seco, y el peso del sector agrario que no paró pese al impacto del coronavirus.

Ese Producto Interior Bruto de la provincia de Ciudad Real salió de la crisis en el año 2015, se consolidó en 2016 y en 2017 volvió a apuntar al alza. La fotografía que tomó el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre el pulso económico provincial de antes del COVID, y que reveló el pasado año 2020, apunta a una línea ascendente en el valor de los bienes y servicios que se producen en el territorio provincial hasta rozar los 10.400 millones de euros, esto es, hasta cifras de 2008, cuando la crisis, esta vez del ladrillo, golpeó con fuerza la economía provincial.

En ese contexto de recuperación es en el que se encuadran las cuentas empresariales: si 2013 y 2014 cerraron con pérdidas, 2015 abrió un trienio hasta 2017 de ingresos en positivo, que se desplomaron en 2018 y crecieron, como nunca, en 2019, empujados por el sector industrial, el líder sin discusión a la hora de analizar esas cifras de la economía provincial. Hasta el 40% de los beneficios los asume el sector secundario provincial que representa apenas el 11 por ciento del tejido empresarial.

La buena noticia es que todos los sectores en los que divide la Agencia Tributaria la provincia tuvieron un resultado contable positivo. En todos se ganó dinero, desde las entidades financieras, con el saldo más modesto, con 2,6 millones de euros, a los servicios a empresas, el segundo que más beneficios añadió, tras la industria, con más de 61 millones. En el lado positivo también aparece la construcción, donde las empresas del ladrillo arrojaron un resultado contable positivo de casi 54 millones; y el comercio, con otros 28,2.