Martina Klein, Verónica Blume, Judith Mascó y Vanessa Lorenzo (en este orden, en la imagen) se subieron ayer de nuevo a la pasarela de Andrés Sardá, en un emotivo desfile en el que la firma reconectó con sus orígenes, que fueron pioneros en unir «modelos, espectáculo y desfile» un mismo show. La segunda jornada de desfiles de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, subió a la pasarela a un selecto reparto de 29 modelos. Pero, durante el desfile de Andrés Sardá, las top models nacionales de finales de los 80 se hicieron con la pasarela, en una retrospectiva hacia los primeros pasos de la firma de lencería.

«Nos han acompañado muchos años y nos han enseñado a unir moda, imagen y ropa interior», comentó emocionada Nuria Sardá, directora creativa de la firma. «Sin su imagen no seríamos nada», agregó. Así es como las cuatro supermodelos abrían el desfile, ataviadas con una mantilla negra y capitaneadas por Vanessa Lorenzo, que sonreía con complicidad a Judith Mascó al cruzarse con ella sobre la pasarela, mientras en el fondo se proyectaban fotografías de las cuatro con conjuntos de la firma en los años 80.

«Llevábamos sin desfilar juntas 15 años, que es la edad que yo tenía la primera vez que trabajé con Andrés Sardá», contaba Klein al finalizar el desfile, a quien Blume complementaba añadiendo que «pertenecer a la historia de esta marca es todo un lujo».

El primer desfile sin el diseñador Andrés Sardá, fallecido en septiembre del año pasado, comenzaba y finalizaba de la mano de las cuatro, que salieron juntas sobre la pasarela para poner el broche.

Por su parte, Roberto Diz quiso rendir homenaje a Ungaro con su desfile, en el que planteó una metáfora sobre la situación mundial, el problema de las migraciones o el cambio climático. 

La delicadeza de los diseños de Devota&Lomba y el frenesí de los de  Agatha Ruiz de la Prada fueron otras de las apuestas de la ayer en la gran cita de la moda.