Por primera vez, y a modo experimental, los técnicos de esta Concejalía han diseñado la creación de una barrera física mediante la instalación de una cinta impregnada con sustancia repelente para evitar que las orugas puedan descender al suelo y desarrollar la fase en las que se transforman en mariposa.

De este tipo de trampas se han instalado diez unidades, y en estos momentos se está realizando un seguimiento para comprobar su eficacia, ha explicado este miércoles el Ayuntamiento en un comunicado.

Durante estos días, han explicado los técnicos, también se están retirando nidos de pinos con equipos de altura en las partes más altas del árbol en diversas zonas de la ciudad, para tratar de evitar la proliferación de esta oruga con la llegada de mejores temperaturas.

A finales de febrero, han indicado, también se colocarán nuevas trampas de feromonas en los pinos más inaccesibles o en aquellos próximos a instalaciones críticas como colegios o zonas de juegos infantiles.

De momento, han comentado que la incidencia de la procesionaria es baja en los pinos de la capital, aunque si se han detectado algunos ejemplares de pinos afectados.