El debate más decisivo

JAVIER M. FAYA (SPC)
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Sánchez, Casado, Iglesias y Rivera se enfrentarán en un 'todos contra todos' en TVE para luego volverlo a hacer mañana en Atresmedia

El debate más decisivo

Un debate. Cien minutos. Cuatro bloques. Un minuto de oro. Cuatro políticos. Cuatro minutos y medio por apartado. Una televisión. Un ganador. Un perdedor. Un 40 por ciento de indecisos. Llega la gran batalla, la de TVE. Tras no pocas polémicas por las que estuvo a punto de no celebrarse, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, Pablo Casado (PP), Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos) se verán las caras esta noche, a las 22,00 horas, para confrontar sus ideas en el Estudio A1 de Prado del Rey, en Madrid, y para, presumiblemente, romper un empate técnico entre el socialista y el popular en su lucha por conquistar La Moncloa.   

Hay una enorme expectación y morbo después de que se cambiaran las fechas de esta cita, comenzando con que el cara a cara entre Casado y Sánchez no se va a producir porque se negó el jefe del Ejecutivo, que siempre defendió un debate a cinco en el que apareciera Santiago Abascal, el líder de Vox. Según los expertos, esta era la situación ideal para el madrileño, que acusa cada día al palentino y al barcelonés de querer formar un frente de la ultraderecha si las cuentas tras los comicios del domingo le salen. 

El popular fue ayer el único de los cuatro que dio un mitin. En Génova dicen que está tranquilo, de hecho, los analistas consideran que es el mejor debatiendo, y subrayan su experiencia y memoria, que le evita recurrir a los papeles, algo que le sucede en el Congreso. No obstante, como comentó recientemente la periodista Pilar Cernuda, se confía mucho, pues ya se metió en un berenjenal al enredarse sobre una reducción del Salario Mínimo, algo que desmintió y tachó de fake new.

También sostienen desde el bloque conservador que se centrará en Sánchez y no atacará a Rivera (el comentario, que no es el primero, no beneficia nada al liberal). Esta estrategia ya se pudo ver la semana pasada en el enfrentamiento a seis de TVE, con Cayetana Álvarez de Toledo, que no cargó contra Inés Arrimadas y fue muy agresiva con las dos Montero, sobre todo con un tema muy polémico que se ha colado en campaña, el de Un silencio no es un no. Para algunos expertos consultados, el tono y un tema como este era un guiño para los votantes de Vox, muchos de los cuales quiere recuperar Casado. Esto le hace ser sumamente predecible.   

Mientras, el jefe del Ejecutivo, que es el que tiene más que perder porque es el clarísimo favorito para la victoria, intentará transmitir una imagen de tranquilidad, mesurada, sin estridencias. El todos contra mí conservando la calma le funcionó muy bien a Rajoy hace tres años.    

Eso sí, el auténtico enemigo para el madrileño es, sin lugar a dudas, Ciudadanos, con el que pugna por el espacio más ancho del centro, dado que el PP ha apostado por escorarse más a la derecha.

Según el politólogo Nuño Rodríguez, la posición de los participantes en el debate favorece a Sánchez y a Rivera. «La atención visual de la audiencia suele centrarse en las líneas divisorias de los tercios de la pantalla, con lo que la atención a estos dos candidatos será mayor que a sus oponentes». A su juicio, la cromática beneficia también al presidente: «El rojo está demostrado ser el más eficiente en  marketing». A su juicio, el frío azul del PP, junto con su puesto marginal en pantalla, hará que la intervención de su líder sea percibida como menos importante, independientemente del contenido de sus alocuciones. Además, la posición escorada de Podemos no podrá ser contrarrestada con la vinculación cromática de su color con movimientos sociales. 

Dicen que quien da primero da dos veces, pero lo cierto es que mañana podrán enmendar errores los cuatro en Atresmedia, y ahí ya se sabrá quién gana y lo más importante: quién engancha más votos, pues quizás una victoria aplastante movilice al electorado del enemigo.  

De momento, hay un perdedor, en este caso perdedora: la administradora única provisional de RTVE, Rosa María Mateo, que contraprogramó a Atresmedia haciendo coincidir los debates. No solo la oposición la criticó, también sus subordinados, comenzando por el moderador, Xabier Fortes.