John Boyne frente al espejo

Agencias
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El escritor dublinés publica 'Las furias invisibles del corazón', un libro que profundiza sobre las vivencias de un homosexual en la reprimida Irlanda de la última mitad del siglo XX

John Boyne frente al espejo - Foto: TONI ALBIR

La Irlanda más profunda y también la más represiva es la que muestra el escritor John Boyne en su nuevo libro, Las furias invisibles del corazón, una novela sobre las personas apartadas de la sociedad en los últimos 70 años por el simple hecho de ser homosexuales. Una temática que también trató en Las huellas del silencio (2014), sobre los abusos a menores por parte de la Iglesia irlandesa.

El autor de El niño con el pijama de rayas (2006), con el que logró su fama mundial, novela ahora los últimos 70 años de la Historia de su país natal, Irlanda, y «lo oscuro» que fue ese período para ciertas personas.

El protagonista del libro, Cyril, encarna «el aislamiento y la soledad de una persona que no encuentra mucho amor en su vida» y que inicia un proceso de superación personal, de búsqueda de su verdadera identidad y de maduración sentimental.

La trama está narrada desde el punto de un anciano homosexual nacido en 1945 en Dublín, adoptado por un matrimonio adinerado, distante y frío que le enseña a «esconder y enterrar sus secretos» y emociones, algo que le convierte en un chico tímido y solitario que se encontrará inmerso en la búsqueda de la instintiva necesidad humana de afecto y felicidad.

Sin embargo, el autor reivindica que la Irlanda actual es un lugar «optimista, moderno y saludable» que se ha ido forjando a lo largo de las últimas décadas gracias a hitos como la toma de posesión en 1900 de Mary Robinson como la primera mujer presidenta de Irlanda o la aprobación del matrimonio gay por amplia mayoría en el referéndum de 2015.

Según Boyne, es inexplicable y excesiva la capacidad de influencia que ha tenido históricamente la Iglesia, «que ha caído en la corrupción desde los años 40», en las decisiones del Gobierno, algo que asegura ha generado desilusión en la ciudadanía, que actualmente encuentra su espiritualidad en su interior y no en una institución.

En ese sentido, el autor irlandés desveló que él mismo sufrió casos de abuso infantil en la escuela y que ha dejado que su propia infancia y demás «implicaciones personales contribuyan» a su obra con la esperanza de animar a otras personas a explicar su historia y a denunciar.

Asegura que explorar Irlanda en este homenaje a las víctimas de rechazo social escrito a lo largo de dos años le ha servido para encontrar respuestas: «Tantos hombres y mujeres homosexuales no vivieron las vidas de deberían haber vivido porque la sociedad irlandesa no estuvo a la altura».

 

Un punto de humor

Pese a la dureza de la trama, el autor afirma que ha incorporado elementos humorísticos y «personajes optimistas que no dejan que la vida les aplaste», algo que convierte a Cyril en uno de los protagonistas que ha creado.

Y reflexiona sobre por qué Las furias invisibles del corazón es una de sus primeras incursiones  literarias en Irlanda. «Da la impresión de que mi imaginación siempre me ha llevado fuera de la isla y yo sentía que no debía escribir sobre mi propio país hasta que tuviera una historia que realmente me apeteciera». 

Es ahora, asiente, cuando tiene la fuerza suficiente para adentrarse en un período tan oscuro de la historia de muchos jóvenes y adolescentes del siglo pasado.

«Me alegro de haber esperado, porque la razón por la que escribí Las huellas del silencio y ahora Las furias invisibles del corazón es que la cuestión de la homosexualidad y del abuso de niños por parte del clero en Irlanda era muy importante para mí y al mismo tiempo no había sido explorada por muchos otros escritores», subraya. «Por eso ha llegado el momento de contar historias como la de Cyril», añade.

«Es necesario que se cuente y que se sepa», concluye satisfecho.

Además del exitoso El niño con el pijama de rayas, el dublinés también cuenta en su bagaje literario con obras tan destacadas como La casa del propósito especial (2009), y El ladrón del tiempo (2000).