"Estamos poniendo nuestra vida en juego"

Manoli Lillo
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José Luis Pérez, ganadero de la zona de Carrión, expresa su preocupación por la crisis sanitaria a causa del COVID-19 mientras sigue acudiendo cada día a su explotación y lamenta el parón del mercado y la bajada de precios

José Luis Pérez, ganadero de la zona de Carrión

Todos los días sin excepción José Luis Pérez, un ganadero de la zona de Carrión, atiende a sus ovejas. Es una de las actividades esenciales, permitidas durante un estado de alarma que se prolonga ya durante tres semanas y que José Luis reconoce que está viviendo «con miedo». «Estamos poniendo nuestra vida en juego», afirma con una preocupación que no puede ocultar, pero con la responsabilidad que le lleva a atender religiosamente, sea Navidad, verano, Semana Santa o estado de alarma, a cumplir con sus animales, a garantizarles la alimentación y el paseo en todos los casos que sea posible.

Alarmado por el gran número de personas contagiadas por el COVID-19 en la provincia y en España, explica que su rutina en la explotación ha cambiado mucho en este poco tiempo. «Nuestra rutina ha cambiado, en el ordeño, por ejemplo, no nos juntamos en las máquinas y usamos mascarilla y guantes», afirma este ciudadrealeño en referencia a los otros dos compañeros que trabajan con él la sala de ordeño.

En total son tres y subraya que lo más importante es que tienen salud. Le queda la tranquilidad de que los animales no transmiten la enfermedad, apunta en referencia a los informes de los profesionales veterinarios, mientras que en el ámbito laboral lamenta que todo san quebraderos de cabeza.

«Ahora tenemos un problema con los corderos, no los retiran porque está todo lleno», explica este ganadero para detallar a renglón seguido que el confinamiento ha frenado en seco el consumo de esta carne y que, por tanto, no hay movimiento en la venta de corderos para dicha industria. «El mercado está parado», lamenta.

Por esta razón, asegura que una de las peticiones que le han trasladado al ministro de Agricultura, Luis Planas, ha sido la de permitir la congelación de esta carne, de manera que los consumidores puedan tener acceso a ella a través de esta fórmula de consumo. «Si esto se prolonga, Dios no lo quiera, tener carne congelada es bueno, permite tener un stock», apostilla.

Sin embargo, sus preocupaciones no terminan ahí. Asegura que hay ganaderos a los que le han pagado «la mitad» por los corderos, con el consiguiente perjuicio económico que tiene para ellos, el eslabón más débil de una cadena que termina en el consumidor pero que pasa antes por otros intermediarios.

Para José Luis son todo golpes en un momento muy complicado, cuando sigue luchando por sacar adelante su explotación aún en medio de una situación de una crisis sanitaria que está causando ya más de 3.000 contagios en la provincia y casi 300 fallecidos. Por eso, destaca la labor que realiza el sector ganadero para garantizar el abastecimiento no sólo de carne, sino también de la leche que producen sus ovejas. «Todos los días sale en vacío y el preñao», relata en referencia a las salidas al campo que realiza con los animales para que tengan la alimentación necesaria, mientras que matiza que las ovejas que van a parir «no salen» y que las que se destinan a la producción de leche se alimentan con pienso y tienen los máximos ciudadanos. Una intensa labor que realiza también en estado de alarma.