Agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local mantienen la vigilancia de la zona de La Esperanza del barrio del Pilar y de San Martín de Porres después del tiroteo de la pasada semana. Se trata de un trabajo que realizan en solitario estos días después de que la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) haya dejado la capital al no existir la situación de "máxima dificultad" que hubo en las horas posteriores al disparo, con las siete detenciones y los hechos por los que hubo un fallecido y un herido.

"La UPR ya no está, pero hay suficientes efectivos y continúa la coordinación entre ambos cuerpos", ha dicho esta mañana la subdelegada del Gobierno, María Ángeles Herreros, quien ha asegurado que la situación está "controlada". "El proceso judicial se ha iniciado, saben que hay detenidos y la investigación judicial continúa", ha señalado Herreros, pero hay "una situación calmada" que hacen que no sea necesaria la intervención de la UPR.

En esa vigilancia activa de los barrios de la capital, hay un operativo "24 horas" que incluye tanto agentes de uniforme como de paisano. 

Por otra parte, Herreros ha destacado que "se va a perseguir con dureza a quienes se tomaron la justicia por su mano y actuaron de forma ilícita", en referencia a las personas que ocasionaron destrozos el pasado miércoles a varios vehículos y una vivienda o este sábado con la quema de otro coche. "En las últimas horas está la cosa calmada y no hay noticias de ningún incidente reseñable", ha afirmado la subdelegada, quien habla de una "calma tensa aún" por lo que la labor de los agentes es de "prevenir" además de vigilar futuros incidentes.