La zarzuela regresa con 'El barbero de Sevilla'

La Tribuna
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Era la primera vez que la Semana de Zarzuela acogía esta obra

La zarzuela regresa con 'El barbero de Sevilla' - Foto: La Gaceta de La Solana

La 38 Semana de Zarzuela de La Solana asistió este sábado al estreno de El barbero de Sevilla, una divertida obra donde el teatro cobra un protagonismo especial. Era la primera vez que el veterano festival lírico acogía esta obra, con partitura original de los maestros Nieto y Giménez, amén de un atinado libreto de Perrín y Palacios. Y un estreno siempre se agradece. Musiarte Producciones regresaba así a La Solana tras su obligada ausencia del año pasado. En la sesión de tarde se cubrieron casi tres cuartos de aforo y el público, como la escenificación, fue de menos a más. Arranque frío y final cálido, así de simple.

Aunque alguno todavía dudaba en los prolegómenos, había quedado claro que se trataba de la versión zarzuelera de la célebre ópera de Gimacomo Rossini. Las diferencias, naturalmente, son notables, aunque también los guiños a la exégesis operística. La representación se despacha en poco más de hora y cuarto, suficiente para que el respetable se divierta con una trama que atrapa en seguida y está llena de matices. Ahí lleva la voz cantante Carlos London, aunque apenas cante. El acrisolado bajo, que en La Solana ya ofreció noches gloriosas cantando el 'Despierta Negro' de La tabernera, ejecuta con gran maestría el papel del maestro de canto 'Bataglia', empeñado en hacer triunfar a su alumna aventajada, 'Elena', que interpretó con resolución la joven soprano Rocío Faus. A ello se opone su padre, 'don Nicolás', encarnado por Pedro Forero, un marido infiel a su esposa formal, 'Doña Casimira' (Carmen Montano), y enamorado de la cantante 'La Roldán' (Carmen Terán).

En medio de todo está 'Ricardo', al que dio vida el barítono Fran García, pleno de recursos teatrales y de energía vocal, como demostró en Largo al factótum, el célebre aria sacado de la ópera rossiniana. Al margen de la buena ejecución del difícil 'Fígaro', destacó la pieza para soprano por excelencia de esta obra: Me llaman la primorosa, que llenó de 'bravos' la ovación final hacia Rocío Faus. Fue una pena que un error en la proyección de la pantalla de fondo exhibiera la manzana de Apple justo en el momento cumbre de la romanza.

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Un momento de El barbero de Sevilla en el Tomás Barrera.
Un momento de El barbero de Sevilla en el Tomás Barrera. - Foto: La Gaceta de La Solana
Pedro Forero y Nacho Muñoz en otro instante de la obra en La Solana.
Pedro Forero y Nacho Muñoz en otro instante de la obra en La Solana. - Foto: La Gaceta de La Solana

Por lo demás, El barbero de Sevilla es una zarzuela 'chica' que evoca a cualquier comedia de enredo de principios de siglo, que perfectamente podrían haber firmado Arniches o los Quintero. Apenas media docena de personajes, sin coros, pasacalles, chotis o cuadros colectivos, más allá del concertante 'Tira de la falda' y la despedida final. Pero el público se va metiendo en la trama sin darse apenas cuenta y termina enganchado hasta las trancas. A la batuta de la orquesta, el incombustible maestro Luis Sánchez Romanos, que ya casi es parte del decorado del 'Tomás Barrera' cuando llega la Semana de la Zarzuela.

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