Ser poesía

D. Farto
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La escritora torralbeña María Antonia García de León debía haber presentado el pasado 21 de marzo en un acto en Patio de Comedias el libro de poemas Soy tú, una obra que es también un repaso a toda su trayectoria en el mundo de la lírica

Ser poesía

Su libro Soy tú se ha quedado sin presentar en Torralba de Calatrava por la suspensión de actos públicos, ¿maneja ya posibles fechas para una nueva convocatoria?

En efecto, esta situación de alarma que vivimos canceló lo que iba a ser un acto brillante en el Patio de Comedias de Torralba, celebrando el día de la Poesía, el pasado día 21. Sí, hay programada una presentación de mi obra para el 16 de abril a las 19 horas en la Biblioteca Clara Campoamor de Madrid. También, los responsables del Patio de Comedias, han prometido dar una nueva fecha.

Su propuesta era para presentar el libro en el Día Mundial de la Poesía, al final ¿cómo ha sido su celebración de la efeméride?

Las circunstancias extremas que vivimos me han obligado como a tantos otros poetas celebrarlo publicando poemas a través de la red, en distintos foros.

Este poemario es un repaso a diez años de quehacer poético ¿qué efecto le produce revisar su propia obra?

Ha sido una oportunidad excelente para reflexionar lo que ha sido mi relación con la poesía en estos diez años (poesía reunida 2010-2020). Quiero destacar algunas dádivas que me ha dado la poesía: el encuentro con un lenguaje que permite decirlo todo es un prodigio. La poesía ha sido mi psicoanalista, mi diario de vida. La poesía no es literatura, es otra cosa. Es el poder salvador que afirma el gran poeta Joan Margarit. Me ha hecho descubrir al otro. Con Soy tú he escrito por ello como título significativo de esta obra. Es un instrumento de autoconsciencia, de intimidad y, asimismo, de descubrimiento del otro. «Amar y hacer poesía es lo mismo», Lope de Vega, dixit. Me ahorra soledad. En todos los sentidos de acompañarme y crear nuevas amistades de mi yo lírico. Me ha traído en oleadas poetas de aquí, y poetas entre las dos orillas. Y en un sentido muy especial, ahuyenta la soledad. La voz de las mujeres, que también estaba presente en mi obra sociológica, ha corrido ahora a través de la poesía. La voz renacida de las mujeres en mi lírica es crucial. La poesía me ha dado anclajes personales y morales en una época de estructuras líquidas. Es un antídoto contra ellas.

¿Hay algún poema que haya modificado sustancialmente?

Sí, ha habido un gran trabajo de depuración de bastantes poemas.

¿Qué se ha quedado fuera del libro?

Mis tres libros que llamo ‘mi obra americana’, el libro de poemas feministas Casa de Fieras, y el último libro publicado, Mal de Altura. Dentro de la obra hay también once poemas nuevos, que tratan de una teoría del amor, la mía, en torno a la empatía que encierra el título: Soy tú.

¿Cuál es su balance de diez años de dedicación poética?

Bajo el cielo protector, ha sido maravilloso vivir con este amor. Es maravilloso vivir con esta amante, la poesía.