Los colegios y los institutos de la provincia tuvieron ayer la primera prueba para todo el trabajo que vienen realizando desde primeros de septiembre. Se trata de cambios en toda la estructura externa e interna del centro que ayer vivió su día 1 esperanzada en que la presencialidad funcione y perdure en el tiempo. Así se vivió centros como el CEIP Carlos Eraña de la capital, donde su director, Eduardo Madrid, recordó que se ha cumplido con las orientaciones dadas y que de forma concisa están marcadas por «la limpieza de manos, la mascarilla y la separación», los tres elementos aprendidos en los meses de la pandemia. En el Carlos Eraña optaron además por mantener puertas y ventanas abiertas y que parte de los estudiantes de comedor puedan llevarse la comida a casa, lo que permite mantener el metro y medio de distancia en ese momento. Lo más curioso es la escena del patio, donde los juegos desordenados han dejado paso a un patio dividido por rayas dibujadas en el suelo que separan los cursos y evitan la «interacción» entre clases.

«Esto es ver cómo va a funcionar», explicó el director, quien recordó que se está en el día 1 y es necesario analizar lo que vaya pasando. Lo que sí está claro es que «todos los estudiantes tenían muchas ganas de empezar y el teletrabajo para los alumnos de más edad puede ser efectivo pero, en infantil, la educación emocional es tan importante como la educación formal».

El día uno de la nueva normalidad en las escuelas - Foto: Rueda VillaverdeMientras, en la Secundaria, esta semana se dedica a hacer las presentaciones, presentar los protocolos de seguridad, que los estudiantes conozcan su espacio y sepan cómo deben acudir al centro. El lunes arrancarán las clases en centros como el IES Juan de Ávila. Por turnos, en un espacio al aire libre se les exponen los horarios de entrada que será escalonada y por puertas diferentes, y tendrán su espacio en el patio. Se comparten otros aspectos con la Primaria como la existencia de un aula COVID, un espacio apartado del centro en el que si algún alumno o un profesor tiene síntomas será aislado, mientras se avisa a los padres o a las autoridades sanitarias.

Para que todo funciona, la clave es «la buena voluntad» y «mantener la calma» en estos primeros días del curso, comentó la directora, Prado Alba, quien sumó a las medidas de seguridad la redistribución de espacios en el centro que se ha realizado, la contratación de más personal o la posibilidad de optar por la semipresencialidad para algunos cursos de Bachillerato, ante la dificultad de mantener las distancias en las aulas. «El instituto es un sitio seguro con todas las medidas que se están tomando», señaló la directora, quien apuntó a que este primer día han acudido todo los estudiantes.

los padres. Del lado de los padres y madres también experimentaron sensaciones muy diferentes a otros arranques de curso. A las puertas del CEIP Pérez Molina de Ciudad Real, Juan esperaba a su hija de 8 años sin ocultar haber sentido «un poco de miedo», con el deseo de que «esto dure mucho tiempo, porque los chicos tienen que estar en el cole, y los padres trabajando». De la misma edad es la hija de Toni, mucho más confiado y con un consejo claro en la boca: «Los padres no debemos tener miedo, hay que venir a traer a los niños, a ver cómo sale la cosa, porque todo parece bien organizado». Los dos se mostraban muy satisfechos con el trabajo de planificación e información llevado a cabo por este centro. También Prado, una madre de tres niños de 11, 9 y 5 años, que destacaba que «el colegio lo ha organizado muy bien, con entradas y salidas escalonadas, cada niño por una zona, desinfectándose pies y manos al entrar y al salir, les han tomado la temperatura...». Pese a ello, confesaba que por la mañana sintió «mucho miedo, como una sensación rara, porque sabes que cada vez hay más casos de coronavirus». 

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