En busca de la normalidad

Adaya González (EFE)
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Los expertos aconsejan no marcarse plazos, aunque el Gobierno ya ha anunciado que la inmunidad de grupo se logrará el 17 de agosto

En busca de la normalidad - Foto: Manuel Bruque

¿Se alcanzará en agosto la inmunidad de grupo? ¿Qué implicaciones tendrá? ¿Se podrá decir adiós a las mascarillas? Es factible si el ritmo de vacunación sigue aumentando en plenas vacaciones, pero llegar a ese 70 por ciento mágico de cobertura no significará regresar de golpe a la vida prepandémica.

A pesar de que esta semana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puso fecha a la inmunidad colectiva: para el 17 de agosto, 33 millones de ciudadanos estarán protegidos frente a la COVID-19, expertos en epidemiología, salud pública, vacunología e inmunología no son tan optimistas y prefieren no marcarse plazos, cuantificar porcentajes o asociar cifras a demasiadas expectativas.

Lo más importante ahora es seguir vacunando, hacerlo rápido y no dejar una sola dosis sin poner para alcanzar la ansiada inmunidad de grupo, aseveran los especialistas. No obstante, a ese nivel de protección no solo se llega por la vacunación, también por la inmunidad natural adquirida con el contagio.

En España se están vacunando a todos, contagiados o no, aunque en el caso de los menores de 65 años que hayan sido inoculados antes de haber transcurrido seis meses desde el diagnóstico, se considera que han completado la pauta con una sola dosis, según la estrategia de vacunación.

Así que, en opinión del vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE), Óscar Zurriaga, los que han estado en contacto con el virus también tienen esa función de cortafuegos. Hasta donde sabemos hay una cierta inmunidad que les impide tener las formas más graves de la enfermedad, lo cual es importante porque con las vacunas pasa lo mismo, tampoco protegen al 100 por 100 y estamos viendo que algunos casos desarrollan casos leves y asintomáticos». Por eso, para este analista, se puede incluso adelantar antes de agosto: «Todo es posible, pero depende de las vacunas que se tengan y la velocidad de administración».

Al ritmo de ahora, «evidentemente no, pero el de ahora no es el real ni el que va a haber el mes que viene: con la llegada de profilaxis, el músculo que van a demostrar las comunidades en cuanto a capacidad operativa va a ser mucho mayor», opina Barranco, que cree que el principal riesgo puede ser el sistema de citación. «Hablamos de cientos de miles semanalmente en algunas comunidades, a lo que se une el riesgo de que es tiempo de vacaciones tanto del personal sanitario como de la población general. Todo eso hay que planificarlo con antelación», avisa.

on antelación», avisa. Por su parte, el residente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI), Marcos López Hoyos habla más del inicio del curso escolar, porque las vacaciones van a coincidir además con la vacunación de gente más joven que se mueve más, «y va a costar que acuda a la cita».

 

Y después, ¿qué?

Los expertos lo tienen claro. Cuando se llegue a la inmunidad de grupo no habrá un cambio brutal en las formas de interactuar, sino que será un proceso en el que habrá cosas que se queden para siempre, «como el lavado de manos», apostilla el responsable de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Amós García Rojas.

Otras como la mascarilla «posiblemente se eliminarán para las personas vacunadas en los espacios abiertos y ventilados, pero se tendrá que mantener en los lugares cerrados».

Zurriaga, por su parte, estima que a partir del 50 por ciento se puede empezar a hablar de una relajación, pero el «problema es crear un precedente que sirva para que todo el mundo se agarre a ello, esté o no vacunado». Y está convencido de que la mascarilla va a ser un elemento de negociación, aunque piensa que «debería ser la medida que debería quedarse más tiempo», al menos hasta que no haya una incidencia de 25 casos por 100.000 habitantes.

Para López Rojas, alcanzar la inmunidad colectiva «significa la parada de la fase más dura», pero no el final de la pandemia; a partir de ahí, habrá que estudiar «cuánto va a durar la inmunidad en cada tipo de población por edad y grupo de patología y plantearse todas las medidas a tomar a continuación porque el virus va a estar ahí».

Sin embargo, el objetivo ahora mismo cree que debe ser uno: vacunar más y lo mas rápido posible.