Se ofrece puesto de trabajo serio y bien pagado

M. Espadas
-

La hostelería denuncia la falta de personal que padece desde hace tiempo y defiende las condiciones laborales de su oferta de empleo, para ejercer una profesión «exigente y que no gusta a todos»

Se ofrece puesto de trabajo serio y bien pagado - Foto: Rueda Villaverde

La falta de mano de obra en la hostelería es un serio problema al que este sector lleva tiempo enfrentándose en todo el territorio nacional, en mayor o menor medida dependiendo de las comunidades autónomas. Una realidad que está encorsetando el funcionamiento normal de algunos negocios, sobre todo durante esta época vacacional, en la que la asistencia de clientes es muy importante con respecto al resto del año. A pesar de las altas cifras de desempleo en España, los empresarios se quejan de lo complicado que les resulta acudir al mercado laboral y encontrar trabajadores cualificados y con experiencia.

Esta falta de personal también es una realidad en Ciudad Real, aunque «no en un grado tan grave» como en otros puntos del país, según el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo, José Crespo, propietario del restaurante Casa Pepe, quien apunta a que este problema no es de ahora, sino que «llevamos mucho tiempo de escasez».

Un ejemplo de ello lo está sufriendo en primera persona Nicanor Blanco, regente de los restaurantes El Boquerón de Plata en la capital y Campoblanco en Torralba de Calatrava, con hasta 27 trabajadores en nómina. En la actualidad busca contratar con urgencia a un camarero y un cocinero, pero sin suerte. «Llevo todo el verano con tres anuncios de empleo, y nada. Incluso, una terraza que suelo abrir en esta época en Torralba solo ha podido funcionar dos fines de semana por falta de personal», afirma, describiendo la situación como «peor que nunca». También lamenta esta falta de trabajadores Esther Montarroso, del restaurante El Labrador, que lleva desde mayo buscando personal para un negocio que durante esta época emplea hasta a 17 personas los fines de semana. «Ahora es cuando hay trabajo, pero la gente parece que no quiere trabajar», dice.

Más suerte tiene Manuel Fernández, uno de los propietarios del restaurante Don Sancho, que desde hace años cuenta con una plantilla fija de entre 4 y 5 trabajadores, aunque es consciente de este gran problema para su sector. Cree que el motivo no es la precariedad de los empleos que se ofrecen, sino la exigencia de los mismos en cuanto a horarios y a turnos de fines de semana: «A la gente hay que pagarle lo que vale, y se está haciendo, cumpliendo sueldos y horarios, pero esto es un oficio complicado». Esther Montarroso subraya esta idea, que dirige una plantilla «con empleos serios, con sus contratos en regla y cobrando entre 1.200 y 1.500 euros».

¿Solución política?

La conclusión de esta problemática la resume José Crespo, al frente de la patronal y conocedor del sector desde hace muchos años: «La hostelería no es una profesión que guste a todos porque es dura y con una difícil conciliación familiar. El problema no son los sueldos, porque creo que en general se paga bien a los profesionales bien integrados, y si hay algún desequilibrio salarial es el que originan las grandes cadenas y las franquicias». «Se están pagando sueldos grandes, pero el problema es que hay gente que prefiere quedarse en casa mantenida con una pequeña paga antes que trabajar», denuncia Nicanor Blanco, quien cree que esta situación no solo se puede aplicar al sector de la hostelería, sino que trasciende a otros como el de la construcción. «Este problema no lo ha generado la pandemia sino que viene de antes y necesita una solución política que creo que no se va a dar porque aquí lo que valen son los votos; los empresarios ya no podemos hacer más», concluye.