Las actividades económicas con previsión de incremento del empleo son las relacionadas con instalaciones de producción de energías renovables y con el montaje de placas solares. Así lo señala el Servicio Público de Empleo Estatal, el SEPE, en su informe anual en el que analiza el mercado laboral provincial azotado, también, por los efectos del coronavirus. Un mercado en el que avisa que concurren «diversas dificultades» que le convierten en una especie de pescadilla que se muerde, con fuerza, la cola:por una parte, hay un elevado número de personas con baja cualificación y, por la otra, la mayoría de las ocupaciones son igualmente de baja cualificación. Ante esto, «es muy complicado salir de una situación que es estacional y repetitiva», avisa el SEPE, organismo para el que existe «muy poca oferta de empleo de calidad en la que se requiera formación, lo que dificulta el acceso al mercado laboral del personal cualificado y, principalmente de los jóvenes».

Esa es una de las causas, por ejemplo, que sitúan a Ciudad Real como ‘exportadora’ de mano de obra. Una tendencia que se repitió el pasado año, con un flujo destacado, el establecido con la Comunidad de Madrid, origen del 14,11% de los contratos que entran y destino del 30,12% de los que salen. Toledo también aparece señalado como uno de los principales destinos de los empleados ciudadrealeños. 

El análisis del SEPE refleja «el impacto extraordinario» producido en el empleo por la crisis sanitaria, aunque hay cosas que no cambian: como viene ocurriendo en los últimos años, las mujeres siguen teniendo mayor dificultad que los hombres para acceder al mercado laboral, máxime si son paradas de larga duración.

La dinámica empresarial en Ciudad Real, advierte el informe, lleva a contratar a personas por debajo de la categoría profesional a la que corresponde su titulación, realizando finalmente actuaciones y trabajos acordes con su titulación.

Tras aplaudir la celebración de eventos como Fenavin y su repercusión en la economía provincia, de cara al futuro, el SEPE prevé que podrán tener mayor crecimiento laboral aquellas empresas que consigan exportar y abrir sus mercados al exterior y no centrarse exclusivamente en el mercado interior: «de este modo podrán lograr un mejor posicionamiento, mantenerse y crecer». 

El SEPE establece que las competencias profesionales de estos perfiles deben abarcar, entiende el organismo, «la creatividad, gestión de proyectos, dirección de equipos, idiomas, conocimiento de fuentes de financiación, capacidad de adaptación al cambio, capacidad de prospección y dinamismo», sin olvidar la innovación, «que jugará también un papel esencial en el crecimiento empresarial». Así, las ocupaciones con previsión de un mayor crecimiento de empleo son desde peones agrícolas en huertas, invernaderos, viveros y jardines; trabajadores cualificados en el sector agrícola, ganadero y forestal; técnicos en instalaciones de producción de energía y montaje de placas solares;personal de limpieza de oficinas, hoteles y otros establecimientos similares; además de albañiles; técnicos en operaciones de sistemas informáticos;o profesionales de la salud a los que la crisis sanitaria ha propiciado el aumento de la contratación de profesionales de la salud y su mantenimiento en el empleo.