Pasaban pocos minutos de las ocho de la tarde, cuando la plantilla del Viña Albali Valdepeñas salió a saludar desde el balcón del Ayuntamiento a los miles de seguidores que se congregaron en la Plaza de España para recibir a un conjunto que sigue haciendo historia. 

Apenas 24 horas antes, a 330 kilómetros de allí, en el pabellón Martín Carpena de Málaga, el conjunto valdepeñero había acariciado la Copa de España 2020. Sólo el mejor Barça pudo con el conjunto entrenado por David Ramos, uno de los más aclamados ayer, durante la recepción que le brindó el Ayuntamiento de la ciudad del vino por el tremendo éxito deportivo logrado y la proyección que ha hecho de Valdepeñas hacia todo el mundo.

El alcalde valdepeñero, Jesús Martín, acompañado de la directora general de Deportes, Noelia Pérez, y del concejal de Deportes, David Sevilla, recordó que «nos habéis regalado emociones, que es más importante que una Copa», incidiendo en la magnitud de lo que está viviendo y  disfrutando la ciudad en estos últimos días, con un conjunto capaz de imponerse al todopoderoso Movistar Inter y a un Jaén más experimentado, y poner contra las cuerdas en la gran final al Barça.

Fiesta en ValdepeñasTras un intercambio de regalos, Luis Palencia, máximo mandatario del Viña Albali, admitió ser «el presidente más importante del mundo», resaltando la importancia de la afición. «Cuando hay una afición detrás el equipo es mucho más fuerte», aseguró.

Tras el protocolario acto llegó el momento de saludar desde el balcón ante la locura de los aficionados, que volvieron a entonar los cánticos que ya se han convertido en un clásico de las pistas del fútbol sala español. 

La Marea Azul más que nunca quiso acompañar a sus jugadores, a los que despidió tras la final como vencedores por el ejemplo de profesionalidad mostrado sobre la pista, demostrando un compromiso a prueba de bombas con el escudo que lucen en el pecho.

Fiesta en ValdepeñasTras el saludo, se proyectó un vídeo y fueron presentados los integrantes de la primera plantilla, cuerpo técnico, directiva y equipo de la Minicopa. Una auténtica fiesta para un equipo, una afición y una ciudad que pueden sentirse campeones. «Además, una bandeja es siempre más elegante que una copa», bromeó el alcalde.