Asesinato o imprudencia, cuestión a resolver por el jurado

Pilar Muñoz
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La acusación particular que representa a la hija y hermanas del fallecido y la defensa piden 19 años de cárcel menos que la fiscal, que acusa de asesinato al parricida de Torrenueva

El acusado compungido escucha el alegato de defensa de su abogado - Foto: Pablo Lorente

Cinco hombres y cuatro mujeres forman el jurado que enjuicia los hechos ocurridos la madrugada del 12 de marzo de 2017 en Torrenueva cuando un hombre atropelló a su padre, que murió un mes después en el Hospital General Universitario de Ciudad Real.

El jurado tiene que dictaminar si la muerte de Cecilio Álvarez Parra, de 55 años, fue un asesinato o un homicidio imprudente con resultado de muerte. El acusado es Cecilio Álvarez Osorio, hijo del fallecido. Entre la condena que solicita la fiscal y una de las acusaciones particulares hay una diferencia de 19 años. Una disparidad de criterio notable que hasta ahora no se había dado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real donde se enjuician los hechos por la Ley del Tribunal del Jurado.

  El juicio, en la Audiencia Provincial de Ciudad Real, comenzó ayer, pasadas las once y media de la mañana después de que se conformara el jurado, tarea que se inició a las 9.30 horas.  

Los alegatos de las partes (fiscal, acusaciones particulares y defensa) consumieron la primera sesión del juicio sin que se pudiera escuchar al acusado, que será interrogado hoy, a partir de las 9.30 horas.

La fiscal del caso Gema Romero del Hombrebueno explicó al jurado por qué acusa a Cecilio Álvarez Osorio, de 32 años, de asesinar a su padre, mientras que el abogado de la acusación particular que representa a la hija y las dos hermanas del fallecido y el de la defensa coinciden en que fue una imprudencia temeraria con resultado de muerte siendo notable la diferencia de condena de una y otros: de 20 años de cárcel a uno.

En la causa también está personada la compañía aseguradora del vehículo del procesado que se suma a la calificación de asesinato de la fiscal. El letrado Filiberto Carrillo de Albornoz defiende que el seguro del vehículo no cubre los hechos.

 Según su tesis, el encausado uso el coche como instrumento para cometer un delito doloso y en este caso el seguro se desentiende.

Cecilio Álvarez escuchó los alegatos cabizbajo, apesadumbrado y compungido. Estuvo 14 meses  en prisión preventiva y actualmente está en libertad con cargos. Antes de que se iniciara la vista oral aseguró a La Tribuna que él no fue en busca de su padre, sino que éste tras haber coincidido en un bar de copas de Torrenueva. Esa noche Cecilio Álvarez había bebido mucho y también había ingerido una gran cantidad de cocaína, como más tarde revelaron las pruebas a las que fue sometido. «Seis horas más tarde dio una auténtica barbaridad en la prueba de alcohol y en la de drogas», apuntó el abogado Alberto Chacón, que ejerce la acusación particular en representación de la hija y las dos hermanas del fallecido, a la sazón hermana y tías del encausado. El letrado considera los hechos constitutivos de una imprudencia temeraria con resultado de muerte y pide para el acusado un año de cárcel, la pena mínima, en base a las pruebas, las mismas que maneja la fiscal, pero desde distintas ópticas.

La vecina destruyó pruebas. Las manchas de sangre en la calzada fueron «borradas» por una vecina en su afán de dejar limpio el lugar tras los hechos. De ahí que no se pueda saber dónde se produjo el impacto, subrayó Alberto Chacón en su alegato, quien también puso el acento en la huella de frenada de seis metros, lo que indica que el acusado intentó evitar el atropello.

Para este letrado, existen «lagunas» sobre cómo sucedieron los hechos. «Un padre y un hijo parece ser que tienen una discusión, y parece ser que iban bebidos. Primero sale el padre y luego el hijo, que vive en la otra punta del pueblo y que no sabía que aquel iba a estar cerca de su casa», arguyó Chacón, quien  también se citó a la Guardia Civil, a los informes que dicen que el vehículo del acusado no había pasado la ITV porque «tenía afectado el sistema de freno y la dirección del coche».  

En términos similares, aunque parezca mentira, se expresó el abogado Dámaso Arcediano, que defiende al acusado. «El hijo no fue a buscar al padre para matarlo» y, por tanto, «se rompe la tesis de la fiscal», remarcó para, a renglón seguido, subrayar que las hermanas del fallecido y la hija busca la verdad de los hechos y todo indica que «Cecilio no quiso matar a su padre, no le mató de forma intencionada». La Guardia Civil hizo una minuciosa inspección del vehículo y «no halló en los bajos del mismo restos orgánicos del fallecido».

Sin embargo, la fiscal sostiene que fue un atropello intencionado, un asesinato tras una discusión en  un bar de copas de Torrenueva. La fiscal considera que el acusado estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. Pide 19 años por asesinato y un año más por un delito conducción bajo los efectos del alcohol y por negarse a someterse a la tercera prueba, calificación que discuten   la defensa y el letrado de la familia del fallecido.