El Vestas Balonmano Alarcos ha sacado adelante con solvencia y madurez una durísima prueba en la pista del Amenabar. El conjunto vasco es especialmente peligroso como local y más en una situación de necesidad de puntos como en la que está, luchando por la permanencia. Sin embargo, la escuadra manchega se aferró a su defensa y a su capacidad de sufrimiento en los momentos más complicados para terminar sumando dos puntos que le aseguran matemáticamente su presencia en la fase de ascenso a la Liga Asobal (tercera vez en las cuatro campañas que lleva militando en la División de Honor Plata) y mantenerse en la segunda plaza, que otorgaría derecho a ser sede de esa fase.
Debido a la inesperada baja de Martín Molina, unida a la de Fran Vidal, Josh Da Silva partió como titular en el lateral derecho y las variantes en la primera línea fueron constantes, gracias a la polivalencia de jugadores como James Lewis Parker. La buena noticia fueron los regresos de Manu Díaz y Toni Sarió, una vez superados sus problemas físicos.
La fortaleza defensiva de los manchegos les permitió cobrar rápidamente ventajas, a pesar de que los colegiados se mostraron ciertamente rigurosos con algunas exclusiones.
Con solamente 4 goles recibidos en 25 minutos (4-11), el Vestas Alarcos bajó algo el nivel atrás en ese tramo final del primer periodo, aunque al descanso consiguió marcharse con un esperanzador (8-13).
Tras la reanudación, el Amenabar entró con una marcha más y con un parcial de 4-1 llegó a ponerse a dos (12-14, m. 35). Javi Márquez solicitó tiempo muerto y un gol de James Lewis Parker acabó con esa pequeña sequía de los visitantes.
A pesar de todo, el Amenabar no se rindió y llegó a ponerse a uno (15-16 y 16-17), pero entonces el Vestas Alarcos volvió a incrementar su nivel defensivo y, poco a poco, fue abriendo brecha, lo que le permitió llevarse la victoria con cierta comodidad, fruto de un magnífico trabajo colectivo.