Antonia Cortés

Desde mi ventana

Antonia Cortés


Castilla-La Mancha

20/01/2022

El paisaje de Castilla-La Mancha envuelve. Los colores de sus atardeceres y amaneceres se funden con los de la tierra como si fueran un sueño. La belleza se hace visible y te da alas para perseguirla. Pararse, aunque sea unos segundos, que, de seguro, se convertirán en minutos.

La llanura manchega muestra la misma inmensidad del mar. Esa era la sensación, muchos años atrás, de un niño alicantino que cada verano la atravesaba en coche con su familia. Pegaba su cara al cristal mientras en silencio observaba ese horizonte que le recordaba a ese Mediterráneo tan suyo, y jugaba en su imaginación, y juntaba todos los colores recordados con los vistos para colocarlos en una nueva paleta. Ese tramo siempre lo hacía callado, como si no quisiera perder ni un solo instante, como si la ventana fuera la gran pantalla de un cine que él debía rellenar.

Un día, aquellos viajes familiares dejaron de hacerse, pero en su recuerdo siempre quedó la sensación de tantos y tantos momentos en los que él, sin saber que sería artista, sentía una especial atracción por la luz, por las tonalidades, por este paisaje manchego que año tras año se fue grabando en el alma de un niño. Campos de vides con sus uvas blancas y tintas a punto de madurar, pequeños frutos que brillaban al recibir la caricia del sol y que eran percibidos como algo mágico.

Y aquel niño también dejó de serlo. Y lo que seguramente nunca llegó a estar en su imaginación es que algún día esos recuerdos manchegos de paisajes, colores, pueblos, carreteras, silencios y belleza se mezclarían y se convertirían en el corazón del stand de Castilla-La Mancha en Fitur, el gran escaparate turístico del mundo.

Primero, dibujó sobre un papel una cepa gigante que extendía sus hojas verdes en el techo y dejaba caer sus uvas blancas y tintas, para a partir de ahí ir diseñando un paseo de ensueño por la gastronomía, la cultura, las costumbres, su patrimonio, sus gentes… Cogió su Cuaderno de viaje y en cada lugar encontró su propio rincón para hacer esos bocetos de nuestros pueblos que tanto tienen que contar: Almagro, Pliego, Campo de Criptana, Alarcón, Sigüenza… con la intención también de que el visitante busque y encuentre los suyos. Y luego, junto a ese mundo de vides que da grandes vinos, diseñó un mundo más visual y tecnológico en el que todas y cada una de las provincias tendría su protagonismo.

Los meses y meses de trabajo ya se han hecho realidad. La Feria del Turismo abría sus puertas y lo imaginado se convertía en realidad. El stand de Castilla-La Mancha, inaugurado por su el presidente, Emiliano García-Page, luce en casi 2.000 metros diseñados por aquel niño que pegaba su cara al cristal, el artista Javier Crespo. En el centro, esa vid gigante de madera en la que uno, al situarse a su sombra, se siente grande también al tomar conciencia de todo lo que hay alrededor, de cómo esta tierra nuestra tiene mucho que ofrecer.