La cebolla temprana, conocida también como de día corto o de invierno, comenzó la presente campaña con unas cotizaciones espectaculares, muy por encima de los costes de producción y de los precios de mercado en el mismo periodo en los últimos años. En junio se llegaron a pagar entre 30 y 40 céntimos el kilo, pero fue un «espejismo», apuntan desde el sector, ya que los precios cayeron a los pocos días en picado y aún no se han recuperado. Hoy apenas alcanzan los ocho céntimos, aunque los agricultores confían en que vuelvan a subir con el inicio de la recogida de la cebolla tardía, que pondrá fin a la temporada ciudadrealeña de 2019 a últimos de octubre. «Con la cebolla nunca se sabe porque es un mercado muy volátil, de sensaciones», explica Aniceto López, agricultor de Bolaños de Calatrava, que hace hincapié en que actualmente «no hay movimiento en el mercado» «Hay mucha oferta y poca demanda y estamos empezando a acumular cebollas que ya tenían que estar comercializadas», enfatiza. Sobre los precios alcanzados en junio insiste en que fue «algo simbólico», ya que sólo repercutió en «el dos o tres por ciento de la producción total», y se debió a un periodo muy corto de desabastecimiento en el mercado, especialmente en los Países Bajos, que coincidió además con el enlace con la campaña andaluza. López resalta que la campaña tardía representa en la provincia el 65 por ciento de la producción total, por lo que todavía hay margen de mejora. De hecho, este agricultor está convencido de que los precios, que hoy están «hundidos», comenzarán a subir «dentro de 15 o 20 días». Espera que superen los 11 o 12 céntimos el kilo para cubrir, al menos, los costes de producción. En el caso de que se mantengan como hasta ahora, no descarta que muchas cebollas, como en campañas anteriores, se queden en el campo. «Cuando el precio oscila entre los cuatro y seis euros hay gente que se lo plantea», apostilla. En este sentido, Agustín Porrinas, agricultor de La Solana, asegura que hay camiones que se están pagando sólo a 4,5 céntimos el kilo,  aunque la media se sitúa en siete u ocho céntimos. Precios, como ocurre con el melón, en los que también influye la «posición dominante» de los grandes distribuidores, además del exceso de oferta en los mercados internacionales. Serán precisamente los mercados internacionales los que marquen el devenir de la campaña de la cebolla en la provincia, puesto que alrededor del 70 por ciento de la producción se vende fuera de nuestras fronteras. Holanda es el principal país importador, seguido de Gran Bretaña, Alemania y Francia. Sudamérica, especialmente Brasil y Chile, es otro destino cada vez más en auge de este producto. Ciudad Real es la segunda provincia productora de cebolla de Castilla-La Mancha después de Albacete. La mayoría de la producción se concentra en el término municipal de Bolaños de Calatrava, que cuenta con 1.600 hectáreas de este cultivo, según los datos hechos públicos por el Ministerio de Agricultura. Daimiel, Villarrubia de los Ojos, La Solana y Llanos del Caudillo completan las cerca de 4.000 hectáreas totales sembradas en explotaciones ciudadrealeñas.