Declara ver al acusado patear la cabeza de la víctima

Pilar Muñoz
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Dos hombres de origen rumano, que se enfrentan a diez años de cárcel cada uno, niegan golpear a otro hasta dejarle sordo de un oído y lesiones por las que tiene una incapacidad permanente absoluta

Declara ver al acusado patear la cabeza de la víctima - Foto: Tomás Fernández de Moya

 

Los dos rumanos acusados de agredir y lesionar a otro la madrugada del 23 de marzo de 2014 tras una disputa en el bar El Calvario de Pedro Muñoz se declaran inocentes y en su descargo uno de ellos asegura que solo discutió con el perjudicado porque se metió con la camarera y el otro que únicamente intervino para separarlos cuando pasaron a las manos. Ambos niegan golpearle hasta dejarle sordo e incapacitado.

Los tres han vuelto a verse a las caras en la Audiencia Provincial cinco años y siete meses después de los hechos. La víctima ante el Tribunal de la Sección Segunda que enjuicia los hechos ha manifestado no recordar nada de lo ocurrido fuera del bar, es decir, de la pelea, ni siquiera como supuestamente le patearon la cabeza contra el bordillo.

Todo lo que sabe, cómo le golpearon hasta casi matarlo, «es por el testigo que me salvó la vida».

Ioan C. ha declarado que solo recuerda que aquella madrugada estaba en el bar El Calvario de Pedro Muñoz, que empezó a hablar con la camarera y que de pronto un hombre «me asaltó, me empujó y después me golpearon», en relación a los dos acusados, compatriotas a los que dijo no conocer. Hubo un forcejeo y salieron del bar. A partir de ahí los recuerdos se desvanecen, solo sabe «lo que me contó el testigo», ha reiterado.

A consecuencia de la paliza se ha quedado sordo del oído izquierdo y tiene una incapacidad permanente absoluta, dijo a preguntas de su abogada, Mar Camuñas, tras relatar que «tengo ruidos en cabeza, depresión y no puedo trabajar», además de un miedo terrible a encontrarse con los encausados. Por ello se ha marchado a otra localidad.

Su abogada pide una condena de 12 años de cárcel para cada uno de los acusados (la fiscal10) y una indemnización de 400.000 euros.

El acusado Valentín G. ha insistido en que salió en defensa de la camarera porque la estaba incomodando y ha negado golpearle. Un testigo desmonta su versión. Ha declarado mediante videoconferencia desde la cárcel de Herrera que le vio patearle cabeza contra el bordillo y ha exculpado al otro imputado Ionut L. al afirmar que solo intervino para separarlos.

La víctima «no era capaz de defenderse», ha afirmado en el interrogatorio. También han subido al estrado la camarera y otros testigos que han dicho no recordar nada, ni haber visto a los acusados golpear a la víctima. El juicio continúa mañana.